Con las listas en una mano y sus estudios previos en otra, cinco consultores aceptaron mirar hacia adelante e imaginar escenarios para las primarias obligatorias de agosto y las legislativas del 22 de octubre.
1 ¿Qué impacto tiene la presencia de Cristina en la campaña?
Hugo Haime (Haime y Asociados): Hay que mirar si priman los liderazgos y los temas o las marcas. Cristina va sin marca. Unidad Ciudadana es algo nuevo. La marca es ella misma. Massa lo mismo. Es Massa. O Massa más Stolbizer, porque 1País no existía antes. El Gobierno, a pesar de lo que dice Durán Barba, sí tiene una marca, que es Cambiemos.
Roberto Bacman (CEOP): Teniendo a Cristina en la cabeza de la boleta el resto acompaña. En una campaña intensiva, faltan dos meses y medio a las PASO y desde ese momento dos meses y medio a las generales. Hay mucho para recorrer. Se busca que pueda acompañar. Las aparentes sorpresas de la lista de Cristina eran lógicas. Ella venía insistiendo en la necesidad de que su grupo político mostrara mayor diversidad y más mujeres.
Enrique Zuleta (OPSM): Cristina demostró en su aparición que podía mover las fichas y el tablero y obligó al Gobierno a posponer cualquier otra estrategia y a sentarse a discutir con ella. Es un cambio muy importante en la campaña. La gente de Cambiemos elegida para las principales candidaturas es más para campaña que para propuestas. Eso le podría generar al Gobierno un retroceso.
Eduardo Fidanza (Poliarquía): Llegó un momento en que Cristina no pudo evitar presentar su candidatura, más allá de si lo deseaba o no, cosa que por otra parte no sé. Sí puedo decir que antes del escándalo de Daniel Scioli él era el que tenía más capacidad de retener el voto hipotético a Cristina. Vi sondeos donde Scioli sacaba dos puntos menos que Cristina. Con Scioli descartado ella se vio expuesta a no poder retener su base, y por lo tanto su espacio. Tiene que haber visto que su candidatura era muy competitiva. A medida que se desciende en la escala socioeconómica el voto es mayor para Cristina. Y agreguemos la preocupación económica del votante, no solo su ubicación. En Arsenal ella dijo que el Gobierno había desorganizado la vida de muchos y explicó que era una cuestión de Matemática. Números. La plata que no alcanza.
Federico Aurelio (Aresco): Una figura central de la política argentina pone en juicio y se somete a la voluntad un año y medio después de dejar su gestión y luego de 12 de kirchnerismo. Quiere que se discutan el modelo de país que gestionaron ella y Néstor Kirchner contrapuesto al que gestiona Mauricio Macri. Y se presenta justo en el distrito donde vive casi el 40 por ciento de los electores argentinos y cuyo resultado será el elemento central en las legislativas. Para Cristina el resultado será trascendental. O le da nuevo impulso a su carrera político o le da un golpe duro.
2 ¿Cuáles serán los ejes de cada fuerza?
Hugo Haime: No habrá mucha sorpresa en las campañas porque cada uno tiene sus núcleos duros. El Gobierno hablará del pasado contra el futuro. Cristina reivindicará el pasado de esta manera: ‘Dirán lo que quieran pero hasta que vino Macri la gente tenía la vida organizada y Macri la desarregló’. Massa dirá: ‘Si no te gusta Cristina y la pasás mal con el gobierno votame a mí, porque no soy ninguno de los dos y me importan la seguridad y las pymes’. El que está más complicado para hablar de las cosas es el gobierno. De economía solo le puede echar la culpa a Cristina. Massa puede esgrimir que la seguridad siempre le importó, y hablará de Alerta Buenos Aires que consiste en meter a la gente en el sistema de seguridad. Cristina irá todo el tiempo por el lado de la economía.
Roberto Bacman: Será una campaña muy fuerte. Para bien o para mal cada acto de Cristina llevará a la rastra la cobertura de los medios. Su discurso en Arsenal muestra claridad en los problemas que hay que plantear, y lo primero es ponerse al frente de la recuperación de la vida que la mayoría vivía antes de Macri. El gobierno moverá el eje de la pesada herencia desde la economía al ámbito de la política y la moral. Dirá que la corrupción destruyó al país y que Macri va por el buen camino pero necesita más tiempo.
Enrique Zuleta: Obviamente con las listas cerradas hay que barajar y dar de nuevo en términos de análisis más refinado. Ocurrieron cosas que muchos descontaban pero lo cierto es que ocurrieron. La campaña comenzará basada en planteos de fuerte polarización. También el Gobierno busca polarizar. Lo decidió al darle a Elisa Carrió los diputados que pedía en las listas, y también cuando decidió conformar en la provincia de Buenos Aires una lista de confrontación neta que hará hincapié en el tema de la corrupción. La presencia de Cristina le da al gobierno la oportunidad para trasladar el eje y discutir otra vez los años del kirchnerismo. Nueve de cada diez argentinas querían borrón y cuenta nueva. Eso fue bajando y hoy son siete de cada diez. Macri se ve justificado para volver a ese tema. El plantear la campaña en torno de la corrupción como eje es un retroceso. Lleva a tiempos, procesos, procedimientos y personajes que no tienen que ver con el debate de cómo llevar el país hacia adelante.
Eduardo Fidanza: Creo que la suerte de Cambiemos depende de imponer la agenda económica y la política. El gobierno no se puede posicionar. Si está creciendo, no llegó a la calle. Es, además, el tema de Cristina. Al gobierno le queda, en política, el refuerzo de las expectativas. La gente en las encuestas dice que el país no está bien pero cuando se le pregunta qué pasará en un año dice que mejorará. Esa respuesta bajó del 65 al 50 por ciento pero existe. La síntesis sería: ‘Creemos en el futuro, sufrimos en el presente pero rechazamos el pasado’. Y ahí aparece la corrupción. La síntesis de Cristina es otra: ‘Sufrimos en el presente, tuvimos mejor pasado y el gobierno nos priva del futuro’. El voto económico compara la situación material. Cristina les dice a José, Pedro y María que ya estuvieron mejor antes.
Federico Aurelio: Los temas serán variados para cada fuerza. Cambiemos y Unidad Ciudadana conjugarán las mismas categorías, pasado y presente, pero lo harán de distinta manera y con una idea opuesta sobre qué arroja el futuro. Cambiemos insiste en que los problemas del presente son producto del pasado y por eso sería necesario realizar cambios, que generarían un futuro mejor. Unidad Ciudadana considera que los problemas actuales indican que hoy se vive peor como producto de la gestión actual. Dice que para tener un futuro promisorio hay que poner límites a la gestión actual. Hará eje en el malhumor económico que existe en la mayoría de la ciudad tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires y sobre todo en el Gran Buenos Aires. Cambiemos seguramente hará hincapié en que votar por ellos es votar contra la figura de Cristina Fernández de Kirchner y el cansancio por anticipado que generaría una vuelta al pasado o una vuelta de Cristina liderando el proceso político.
3 ¿Qué puede esperar Florencio Randazzo?
Federico Aurelio: La intención de voto que tenemos para Randazzo es de siete u ocho puntos. Tenía esa intención de voto cuando era un precandidato a la Presidencia. Los mantiene. Es difícil pronosticar su evolución. No hay un atractivo desde la óptica de la competitividad electoral. Está cuarto en intención de voto y muy lejos de los tres primeros. El desafío que tiene es mantener la intención tanto en las PASO como obviamente en la general de octubre, donde es probable que haya algún nivel de polarización entre las dos primeras fuerzas políticas.
Hugo Haime: El mejor negocio político de Randazzo es que pierdan Cristina y Massa para decir que sigue existiendo. Su problema es que para un discurso crítico hacia Macri y Cristina ya está Massa. Y a quien le guste Cristina la votará a ella. Veo que en la política hay muchos dirigentes peronistas encantados con Randazzo, pero eso no lo registro en la gente. El riesgo de Randazzo es que saque cinco puntos en las PASO y quede con solo tres en la general.
Eduardo Fidanza: Randazzo quiere ser el primer desafiante de Cristina igual que otros políticos que empezaron perdiendo. Raúl Alfonsín hizo lo mismo con Ricardo Balbín. Lo desafió.
Randazzo logró que Cristina lo convocara y le ofreciera estar en la fórmula. Si saca 8 o 9 por ciento puede seguir su carrera. Alguno podría decir que el peronismo cobra cara la traición. Y otro podría responderle que la cobra cara pero no tanto si la figura que traiciona después resulta popular.
Roberto Bacman: Randazzo hizo cálculos sobre la base de que CFK no se iba a presentar. Massa cortó la relación con Cristina hace mucho más tiempo que él. En cambio Randazzo en 2015, hace solo dos años, quería ser el pollo electoral de Cristina y ni siquiera aceptó ir en otra lista contra Scioli.
Enrique Zuleta: El randazzismo no es viable pero se sentía mal en una fuerza que había expulsado de hecho a muchos de los que se nuclearon en torno de Randazzo.
4 ¿Hay una cantera de votos en disputa?
Roberto Bacman: El macrismo parte de la base de que en cada provincia tiene alrededor de un 30 por ciento sólido. En algunos distritos, como la ciudad de Buenos Aires, ese núcleo puede ser mayor y llegar al 40 por ciento. En La Matanza o Lomas de Zamora puede ser del 20 por ciento. Esa franja es antiperonista y en algunos casos hasta gorila, y está integrada por muchos que históricamente votaron al radicalismo. Todos los opositores disputarán, por eso, el voto de los que llamo independientes pragmáticos. No son peronistas rabiosos ni antiperonistas rabiosos. No son macristas rabiosos ni antimacristas rabiosos. Muchos están desilusionados por la situación actual. Son de clase media media. Los monotributistas, digamos. O los que tienen un pequeño comercio y hacen malabares para subsistir. Gente muy trabajadora que quizás ya tenía ladrillos para agrandar su casa. Massa supo entenderlos y se llevó a casi todos en el 2015. Ahora veremos cómo les habla y los convence cada uno. Por ahí pasa la elección.
Enrique Zuleta: Hay una vía del medio. Un enorme segmento no está dispuesto a polarizar pero no está siempre disponible para cualquiera. En Massa también hay mucho de oportunismo y acrílico. Es interesante. Tiene espacio y timing, pero de ahí a convertirse en una opción para romper la polarización hay un paso enorme. El país no tiene miedo y es difícil extorsionarlo.
Eduardo Fidanza: Los desilusionados con Macri que en 2015 votaron por Massa en primera vuelta ahora podrían volver a Massa. Entonces no habrá polarización. Las figuras que tienen cargos públicos tienen límites para hacer campaña. La gente los mira mal y además el cargo los limita. Margarita sí puede hacer una denuncia, sobre todo si mientras tanto se acentúa la actividad de Tribunales. Cristina tiene una base fiel del 25 por ciento de votantes, su imagen es mayor y supongo que su objetivo es perforar el techo del 30 por ciento. Eso explica la aparición de la Cristina herbívora de Arsenal. Cambia su retórica, deja de polarizar entre buenos y malos. Vuelve a un clásico del peronismo que es el policlasismo. En las historias de vida del acto hay pequeños y medianos empresarios. Parece el recitado de lo que escribió Saint Simon en su Catecismo Político de los Industriales publicado en 1824. Desde un zapatero a un empresario, todos debían combatir juntos contra el clero, la nobleza y los terratenientes.
Federico Aurelio: Si bien hoy el 40 por ciento de los bonaerenses dicen que no tienen del todo decidido el voto, cuando a los entrevistados se les plantea las distintas opciones el porcentaje de indecisos es menor que el 10 por ciento. Por lo tanto de acá a la primaria podemos visualizar movimientos menores en términos porcentuales. Hay alrededor de un 30 por ciento para Unidad Ciudadana, un 30 por ciento de Cambiemos, 23 o 23 por ciento para Massa y Stolbizer, siete por ciento de Randazzo, con lo cual ya vamos por el 90 por ciento. Agreguemos cinco que puede tener el Frente de Izquierda y llegamos al 95. Eso da poco margen de variaciones. Por eso los pequeños movimientos pueden dirimir el primer lugar y el segundo. Es probable que la campaña de Massa siga la misma línea del 2015. No se sustentó tanto en la discusión del pasado sino en propuestas para evitar la polarización y esquivar el fracaso de Massa. Hoy desarrolla propuestas sobre problemas de los argentinos, como precios o seguridad. Es el camino que más le gusta explorar a Massa: no meterse públicamente en las discusiones políticas aunque lo haga en privado. Mostrará que los errores son fruto del pasado de Cristina y del presente de Macri.
5 ¿Qué cosas interesantes revelan las candidaturas?
Hugo Haime: La postulación de Taiana no era esperada. La primera candidata de Cristina para diputada nacional por Buenos Aires, Fernanda Vallejos, no es una persona muy conocida. Cristina apostó. Massa hace una mezcla interesante en diputados, porque pone a Felipe Solá, que es la experiencia, pero también a Daniel Arroyo, que es un símbolo de la preocupación por las políticas sociales, y a Mirta Tundis, experta en jubilados.
Enrique Zuleta: Taiana redondea mejor la fórmula. Tiene prestigio. Fue uno de los mejores ministros que tuvo Cristina. Recogió unánimes reconocimientos y es la demostración de que no se busca un país cerrado y mirándose el ombligo. Representa la parte del Gobierno del primer Kirchner, que fue una de las fórmulas más exitosas del país en mucho tiempo, un país que creció al 10 por ciento. Cristina quiere ser reconocida por los lazos con América Latina, por el multilateralismo. Taiana es eso. No es cuestionado y es un hombre ponderado. Es difícil estereotiparlo.
Eduardo Fidanza: El Presidente y la gobernadora, que son quienes van a impulsar la campaña, no quieren en torno de ellos personas con relativo nivel de autonomía que pudieran ensombrecer su imagen o, en caso de éxito, ser una fuente de conflicto. Margarita Stolbizer no acordó. Elisa Carrió se fue a la Capital. Facundo Manes no está en la lista. En ausencia de esas figuras Macri coloca en juego una hipótesis: en presencia de figuras populares y fuertes que no pueden competir, como María Eugenia Vidal y el Presidente, figuras de menor rango como Esteban Bullrich pueden ser impulsadas y obtener votos por el apoyo explícito de los líderes. Gladys González representa la línea de poner ciudadanos comunes. Graciela Ocaña puede discutir o cuestionar directamente a Cristina por los hechos de corrupción. De paso disputará votos con Margarita Stolbizer, que no hace más que denunciar a Cristina. Los votantes que deciden necesitan que cada fuerza política tenga un poquito de la otra fuerza. Los que voten a Cambiemos tienen que tener alguna evidencia de mejora económica. Los que voten a Cristina que no vienen de su base clásica necesitan ver en ella a una figura más componedora y menos beligerante. Ahora las campañas ecualizan. Cristina se muestra con menos liderazgo y Macri con más.
Fuente: Página 12