En el año 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), dio luz verde a la primera pastilla creada para tratar este trastorno de deseo sexual, tras haberla rechazado en 2010.
“El llamado ‘viagra femenino’ o flibanserina -su nombre técnico- no ha estado exento de polémica. Por el momento solo puede ser indicado en mujeres que no entraron en menopausia (aún no existen estudios que avalen su uso durante el climaterio) y los hombres deben abstenerse de consumirla. La denominación popular busca la equivalencia con la ‘pastilla azul’ masculina. Aunque existen diferencias significativas: la flibanserina es una molécula que actúa sobre el sistema nervioso central (aumentando los niveles de dopamina y noraepinefrina, dos neurotransmisores que ayudan al deseo y la motivación)”, sostuvo el especialista.
Respecto a la efectividad del fármaco se ha demostrado que supera por poco al placebo. Debe tomarse en forma diaria (para alcanzar niveles adecuados de neurotransmisores), a la noche (mitiga los efectos indeseables) y no se debe ingerir alcohol. La toma diaria supone otra gran diferencia con el viagra masculino, ya que éste se ingiere antes del encuentro erótico (excepto para algunas excepciones que se indica a diario).
“Se han reportado efectos colaterales. Los más frecuentes son: somnolencia, náuseas, disminución de la presión arterial y síncope. También se sabe que interacciona con otros fármacos como los antimicóticos (de uso frecuente en infecciones vaginales). La flibanserina debe ser indicada por profesional médico previa evaluación para descartar enfermedades orgánicas, el efecto de otros medicamentos (ejemplo: antidepresivos que bajan el deseo sexual), trastornos psiquiátricos, problemas de pareja, entre otros”, concluyó Ghedin.
Fuente: Infobae