Ya hay quien piensa “hecha la ley hecha la trampa”. Otros hablan en cambio de una posible y estructurada “vendetta” (venganza) contra el centro izquierda que gobernaba el país cuando fue condenado. El más famoso exponente del centro-derecha italiano, Silvio Berlusconi, pese a todos los escándalos sexuales y legales, que lo acompañaron en estos últimos años y una condena por corrupción, quiere ser rehabilitado para candidatearse en las próximas elecciones italianas previstas para marzo-abril del año próximo. Y para eso, sus abogados presentaron esta semana un recurso ante la Corte Europea de Derechos Humanos, acusando a Italia de haber aplicado incorrectamente una cierta ley que le impide ser candidato.
El tribunal europeo, que tiene sede en Estrasburgo (Francia), está integrado por 17 magistrados de distintos países y se calcula que se demorará unos seis meses en dar a conocer su decisión. El grupo de abogados defensores de Berlusconi, encabezados por el que lo ha defendido en todos los juicios de estos años, Nicolo Ghedini, sostuvieron que la llamada Ley Severino, por la cual le fue impedido ser candidato en las elecciones pasadas, fue sancionada después de que Berlusconi cometiera el delito por el que fue condenado. Por lo cual se trata de una aplicación retroactiva, dijo, cosa que legalmente no es correcto.
Uno de los abogados de la defensa berlusconiana, Edward Fitgerald, fue mucho más osado y comparó el voto del Senado italiano cuando Berlusconi fue expulsado en 2013 después de la condena, con “la decisión, con el dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo, sobre la vida o la muerte de un gladiador en la Roma antigua”. El Senado estaba integrado en ese momento por una mayoría de sus opositores políticos.
El abogado Ghedini fue más lejos todavía. Si los jueces de Estrasburgo no salvan a Berlusconi, sus abogados defensores piensan que se podría presentar ante la justicia italiana una “instancia de rehabilitación” que podría eliminar los efectos de la ley Severini. Berlusconi apuntaría al 8 de marzo de 2018 porque se cumplirían los tres años de la pena que sufrió y, según la ley Severini, en ese momento podría ser candidateable nuevamente. Pero claro, en caso de que ni la Corte de Estrasburgo ni la justicia italiana se manifiesten a tiempo para las elecciones, los abogados hablaron de una tercera posibilidad: la “candidatura con reserva”, es decir una candidatura subordinada a las decisiones de la justicia. Si la justicia no lo salva de la aplicación de la ley Severini, sin embargo, debería renunciar a la candidatura.
La sentencia 2013 condenó Berlusconi a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en el caso Mediaset. Fue la primera sentencia confirmada por la Corte Suprema de Italia entre los más de 30 juicios que ha sufrido el ex Cavaliere en estos últimos 25 años. La justicia lo condenó por ser considerado el “creador” del sistema de evasión fiscal montado por Mediaset, empresa de la familia Berlusconi que compra derechos televisivos. Pero, curiosamente, los cuatro años de prisión, por efecto de ciertos indultos precedentes, quedaron en realidad reducidos a un año. Un año que cumplió haciendo un servicio social, concurriendo una vez por semana a una residencia de ancianos.
Berlusconi y sus seguidores no tuvieron pelos en la lengua en aquel momento al usar todo tipo de epítetos denigratorios para calificar la expulsión del Senado que sufrió su líder, dado que los parlamentarios no pueden seguir ejerciendo como tales si han sido condenados. El ex-Cavaliere (el título de Cavaliere lo asigna el presidente de la República y también se pierde si hay alguna condena) estaba furioso y habló de “asesinato político”, de “golpe de Estado”, de “acto inmundo” y de “sentencia criminal”.
Toda esa rabia ahora parece que se le ha pasado. Quiere a toda costa volver a ser primer ministro o por lo menos entrar formalmente en política, tal vez como candidato a senador. “Y hacer que Forza Italia -su partido, que había perdido un buen porcentaje de votos en las elecciones precedentes- gane las elecciones”, comentó Berlusconi en un tweet.
En estos tiempos, en que la derecha está avanzando en toda Europa y también en Italia, Berlusconi sabe que podría ser una oportunidad única para volver a ser primer ministro. Según algunas encuestas recientes realizadas para la RAI (Radio 1) la alianza de derecha Forza Italia-Liga Norte-Fratelli d’Italia contaría con el 34% de las intenciones de voto contra el 28% del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo y el 23,4% del Partido Democrático (centroizquierda).
Después de la condena de 2013 y de la operación que sufrió al corazón en 2016, Berlusconi había abandonado la política casi completamente. Ahora que tiene 81 años, ha bajado de peso y se ha hecho algunos “retoques” en la cabellera y parece que en la cara también, se muestra sonriente y activo y por lo visto está decidido a dar esta batalla hasta el final.
Fuente: Página 12