Cuando Mauricio Macri aterrice el viernes en Jujuy para una recorrida junto al gobernador radical Gerardo Morales, quedará expuesto otro cortocircuito con Bolivia que se potenció en las últimas semanas. El Presidente tenía previsto reunirse con su par Evo Morales en San Salvador desde el año pasado, pero dos encuentros fueron postergados ante las diferencias entre ambos mandatarios por la detención de Milagro Sala y por el decreto de migraciones de la Casa Rosada. Ahora una queja de la Cancillería impidió una vez más ese encuentro: el gobierno argentino planteó a La Paz una fuerte preocupación por el impacto ambiental que podría tener la construcción del proyecto hidroeléctrico Cambarí ubicado en la cuenca del río Tarija, afluente principal del río Bermejo.
Según revelaron a Infobae fuentes calificadas de la Cancillería, el 16 de enero pasado hubo una reunión en Santa Cruz de la Sierra de los equipos técnicos de ambas cancillerías y allí surgió un reclamo de la Argentina hacia Bolivia. La delegación de Argentina manifestó la falta de información técnica por parte de Bolivia respecto del proyecto de Cambarí y expresó que se tenía conocimiento de que la realización de este proyecto se encontraría supeditada a la aprobación de las enmiendas presentadas por Bolivia al Acuerdo de Orán. También se requirió información sobre el eventual impacto ambiental de esa represa. Nada de esto fue respondido aún por Bolivia y hubo mucho malestar en la Casa Rosada.
En el marco de una reunión del Mercosur realizada a fines de julio de 2017 Evo Morales le comentó a Macri su intención de iniciar los estudios para la construcción del proyecto hidroeléctrico de Cambarí, ubicado geográficamente en el Departamento de Tarija. El tema quedó en el aire pero Macri, como buen ingeniero, pidió datos de esa iniciativa. Bolivia, a través de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), proporcionó información técnica acerca de ese proyecto ubicado a 17 kilómetros aguas arriba de la confluencia de los ríos Tarija y Bermejo. El proyecto hidroeléctrico Cambarí consiste en la construcción de una central que aportará una potencia total de 93 MW y una producción media anual de energía de 530 GWh, ubicada en la cuenca del río Tarija, afluente principal del río Bermejo. La intención de Evo Morales es terminar esa obra en el 2022.
No obstante, la Argentina reclamó a Bolivia los estudios de preinversión, inversión e impacto ambiental. Pero la administración de Morales aún no remitió nada a la Argentina. En una carta que envió la Cancillería argentina a Bolivia se dejó en claro que “es un factor fundamental la regulación conjunta de los recursos hídricos de la Alta Cuenca”. Esto implica que Bolivia debe informar sobre la represa en cuestión. Así quedó expuesto en la reciente reunión de ambas delegaciones, que estuvo presidida por la vicecanciller de Bolivia Almedras Camargo y por el lado de la Argentina estuvo Leopoldo Sahores, subsecretario de Asuntos de América Latina de la Cancillería. Los temas tratados incluyeron: integración energética, física, comercial, académica; cooperación en materia de defensa, espacial, medicina nuclear, de seguridad y defensa; así como en el área social y migratoria de ambos países.
La representante argentina del ente binacional para el desarrollo de la Alta Cuenca y el río Bermejo, la embajadora María Cristina Guzmán, expresó a Infobae que “resulta muy importante la regulación de las aguas para un manejo integrado de la Cuenca”. Así, remarcó que “hay que trabajar mancomunadamente con actores locales de sendos países, en distintos niveles de gobierno y de la sociedad civil con la firme convicción de que el manejo del agua debe ser sinónimo de progreso y desarrollo para el vivir bien de nuestras comunidades; y no de destrucción producto de las crecidas estivales y la falta de obras de infraestructura que mitiguen los eventos propios de la naturaleza”.
Si bien en la Argentina creen que el proyecto de Cambarí será estratégico para ambos países para el riego (ampliación de fronteras agropecuarias en aproximadamente un millón de hectáreas nuevas para cultivo); acceso al agua potable para comunidades con los índices más altos de NBI; generación de energía hidroeléctrica; navegabilidad del río Bermejo y la integración del Noroeste argentino, también creen que el gobierno de Macri debe contar con información precisa que hoy no tiene de parte de Bolivia.
En la reunión de ambas cancillerías se coordinó la instalación de una Red de Estaciones Hidrometeorológicas y Sistema de Alerta Temprana sobre la Cuenca (medición de calidad de agua, nivel del río y cantidad de agua) y su compatibilización con la Red que se instalará sobre el río Nuevo Guadalquivir. También se destacó la importancia de la navegabilidad del río Bermejo para garantizar la salida de la producción vía fluvial con el fin de reducir costos.
Sin embargo, las diferencias entre Morales y Macri por la situación de Venezuela, el caso de Milagro Sala y la ley de migración de la Argentina se potenciaron con este nuevo cortocicuito diplomático por la obra de Cambarí.
Fuente: Infobae