La justicia francesa investigará como asesinato de carácter antisemita la muerte violenta de Mireille Knoll, una anciana judía superviviente de las redadas nazis, en su casa en el centro de París la semana pasada. La decisión, anunciada este lunes, ha sido bien recibida por la comunidad judía y por organizaciones de lucha contra la discriminación que habían reclamado un paso que la justicia francesa tardó meses en dar en el caso de Sarah Halimi, otra judía asesinada en París el año pasado —muy cerca de donde vivía Knoll— por un vecino musulmán con problemas psicológicos.
Mireille Knoll sabía muy bien lo que era el horror. En 1942 era solo una niña cuando logró escapar de la redada de Vél d’Hiv, en la que más de 13.000 judíos, entre ellos 4.000 niños como Knoll, fueron detenidos por policías franceses bajo órdenes del régimen colaboracionista de Vichy entre el 16 y 17 de julio y llevados al velódromo de invierno de París, desde donde fueron trasladados al campo de exterminio de Auschwitz, en la Polonia ocupada. Solo hubo 400 supervivientes. Knoll logró huir con su madre, que tenía un pasaporte brasileño, hasta Portugal. Al acabar la II Guerra Mundial, regresó a París, donde se casó con un superviviente del Holocausto que murió hace unos años.
La semana pasada, la anciana de 85 años no pudo volver a huir. Su cuerpo carbonizado fue hallado el viernes entre los restos de la vivienda en el distrito 11 de París donde vivía sola. La autopsia reveló que había sido apuñalada varias veces antes de que su piso fuera incendiado.
Knoll vivía en el mismo distrito parisino donde residía Sarah Halimi, otra mujer judía de 65 años que fue salvajemente golpeada y después lanzada por la ventana de su vivienda hace justo un año por un joven musulmán vecino con problemas psiquiátricos. Su muerte provocó una gran polémica entre la comunidad judía que reclamó que fuera considerado como un crimen antisemita, algo que la fiscalía tardó meses —hasta septiembre- en solicitar, pese a que numerosos intelectuales apoyaron el reclamo y hasta el presidente, Emmanuel Macron, consideró que había que aclarar si se trataba de un crimen antisemita o no. El mes pasado, el tribunal a cargo del caso confirmó que el asesinato de Halimi tiene un trasfondo antisemita.
En este nuevo caso, la comunidad judía ha levantado la voz rápidamente. Uno de los primeros en activarse fue el diputado y vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Meyer Habib, que denunció en las redes sociales el “asesinato bárbaro” de Knoll.
El Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (CRIF) reclamó por su parte la “transparencia total” en las investigaciones de un crimen que “inquieta” a la comunidad judía en Francia para que los “motivos de este crimen bárbaro sean conocidos lo antes posible”. Del mismo modo, la Liga Internacional Contra el Racismo y el Antisemitismo (LICRA) también exigió una investigación rápida para “poder saber si (su muerte) responde o no a motivaciones antisemitas”. Desde Jerusalén, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, consideró este lunes “plausible” la motivación antisemita del asesinato de Knoll y afirmó que su muerte muestra la necesidad de una lucha “fundamental y permanente” contra el antisemitismo.
Tras conocer la decisión de la fiscalía de tratar el asesinato de Knoll como antisemita, el CRIF anunció la celebración de una marcha en honor a la víctima este miércoles. El filósofo Bernard-Henri Lévy advirtió de que “sería insoportable que se pueda, en pleno París, en 2018, matar a una dama porque es judía, en medio de la indiferencia”.
Dos hombres se encuentran detenidos como sospechosos de su asesinato y afrontarán probablemente cargos por “asesinato relacionado con la religión de la víctima, real o imaginada”, informa la agencia France Presse en base a fuentes judiciales. Según el diputado Habib, uno de los arrestados es un “vecino musulmán” de la víctima, de 35 años y con antecedentes.
Aunque en cifras globales su número ha bajado desde el pico que alcanzó en 2015 —el año negro del terrorismo en Francia—, la comunidad judía francesa ha manifestado su alarma ante los continuados ataques de carácter antisemita. El pasado enero, un comercio kosher en las afueras de París fue incendiado en el tercer aniversario del ataque por el francés radicalizado Amedy Coulibaly al Hyper Casher, otra tienda de comida judía, con el que culminó la oleada de ataques yihadistas en la capital francesa que había comenzado con la matanza en la revista satírica Charlie Hebdo, y que dejó en total una veintena de muertos.
La semana pasada, el Gobierno francés presentó un “plan nacional de lucha contra el racismo y el antisemitismo” que tiene en su punto de mira a las plataformas de Internet que distribuyen contenidos que incitan al odio y que busca implicar al resto de la Unión Europea.
Fuente: El País