Debo reconocer que en términos cinematográficos, esta película merecería recibir un Oscar por su originalidad”, dijo Cristina Kirchner en los tribunales de Comodoro Py, en su presentación ante el juez Claudio Bonadio, quien la citó a declarar por tercera vez en el marco de la causa de los cuadernos y por siete expedientes más. Con un escrito contundente, cargado de acusaciones, y en medio de las especulaciones sobre una posible candidatura presidencial, Cristina respondió a cada una de las ocho imputaciones.
Sostuvo que la causa de los cuadernos es “escandalosa y bochornosa” y que forma parte de una movida judicial en su contra. Utilizó argumentos políticos para responder a las imputaciones y señaló algunos aspectos jurídicos. Negó todos los cargos que se le imputaron y no contestó preguntas. Quienes le leyeron las imputaciones fueron los secretarios del juzgado, y con el juez se vio durante apenas unos segundos. La expresidenta y el magistrado no se tienen demasiado cariño: Bonadio la convocó a declarar en la fecha de cumpleaños de Néstor Kirchner.
En el escrito presentado, la exmandataria utilizó un argumento principal, del cual se desprendieron los elementos que usó para responder a los demás hechos: la supuesta nulidad de la causa de los cuadernos, a la cual denomina “causa de las fotocopias”.
Si bien la Cámara Federal ya rechazó los planteos de nulidad formulados por la defensa de Cristina, ella todavía apunta a que la causa carece de material probatorio y que se encuentra basada en “simples fotocopias de unos supuestos cuadernos que nunca se vieron y que finalmente dijeron que habían sido ‘quemados en la parrilla de un patio'”.
Sobre los jueces de la Cámara que confirmaron su procesamiento como jefa de una asociación ilícita y la validez de las pruebas, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, afirmó que fueron “puestos a dedo” por el gobierno actual. Así deslegitimó el ejercicio de la Sala I de la Cámara sobre la causa de los cuadernos.
Las ocho imputaciones
La causa de los cuadernos es considerada la causa madre de los demás expedientes por los que fue citada. En el marco de esa causa Cristina no dio nuevas explicaciones, y dijo que se remitía a sus dos indagatorias anteriores.
Otro hecho por el que Bonadio la citó es en el marco de la causa por los presuntos sobreprecios en la compra de gas natural licuado. Hace pocos días se conoció que en ese expediente, a cargo de Stornelli y Bonadio, declaró como testigo Marcelo D’Alessio. Ella cuestionó que la hayan citado en esta causa y dijo que los elementos considerados por el juez en su contra fueron los dichos de D’Alessio. Además dijo que la convocatoria se trata de “un caso paradigmático”, porque la cámara revocó los procesamientos dictados por Bonadio en esa causa y consideró que las pericias elaboradas por David Cohen eran falsas. “Se trata de transacciones en las que no tuve ningún tipo de intervención, ya sea directa o indirecta, y no existe un solo elemento de prueba que me vincule tan siquiera remotamente con estos hechos”, sostuvo en el escrito.
Otra de las indagatorias era en la causa por irregularidades en la asignación de subsidios a los colectivos. Dijo que se trata de una falsa imputación y que esa causa tiene orfandad probatoria. También se la indagó en otro expediente desprendido del de los cuadernos, por presuntos pagos ilegales efectuados por distintos empresarios ferroviarios, con el fin de mantener sus concesiones y obtener subsidios estatales. Ella dijo que se trata de un expediente conformado por “copias de supuestas declaraciones de arrepentidos”.
Lo mismo sucedió con los dos expedientes donde se investigan pagos ilegales efectuados por empresas vinculadas a la obra pública civil y, por concesionarias viales. En ambos casos se la acusa de haber liderado una asociación ilícita, y dijo que no podía defenderse porque no se precisa cuál fue su participación en los hechos, y que por ende se trata de una imputación “calumniosa” e “imaginaria”.
Cristina quedó imputada en dos expedientes más: uno donde se investiga si la tenencia de los documentos históricos que fueron secuestrados en los allanamientos a su casa en El Calafate es legítima, y otro por el uso de los aviones oficiales para el traslado de diarios y muebles a Santa Cruz. En el primer caso, Cristina recusó a Bonadio, y dijo: “Jamás tuve dolosamente en mi poder documentos ajenos o que debieran ser resguardados por alguna autoridad competente”.
En el segundo, referido al uso de aviones oficiales, dijo que ni ella ni Néstor Kirchner jamás utilizaron los bienes del Estado en su propio provecho.
En las últimas semanas se conoció que su ex contador, Víctor Manzanares, declaró como arrepentido en la causa de los cuadernos y relató cómo se montó un entramado de testaferros que, con el dinero de los Kirchner, según confesó, compraron empresas y lavaron dinero. Entre la cantidad de información que aportó, Manzanares dijo que guardó 20 millones de dólares en la casa de la madre de Néstor Kirchner y que Sebastián Eskenazi recibió el dinero negro que fue trasladado desde Santa Cruz a Buenos Aires.
La visita de la expresidenta a los tribunales federales motivó un gran operativo de seguridad. Se bloquearon los ingresos al cuarto piso, donde se ubica el juzgado de Bonadio, y se montó un doble vallado en la calle Costa Brava, por la que ingresó Cristina. Llegó acompañada de su abogado defensor, Carlos Beraldi, y se fue acompañada del ex embajador argentino ante el Vaticano, Eduardo Valdés, que la saludó con un beso y un abrazo cuando ella salió del edificio.
Fuente: La Nación