Horacio Rodríguez Larreta inauguró junto a Maruicio Macri y María Eugenia Vidal el Paseo del Bajo tras 28 meses y medio de trabajos. Se trata de la obra más importante de la gestión larretista y, según esperan en el gobierno, cambiará el tránsito en la Ciudad. Además permitió la inauguración del Parque del Bajo que se extiende desde el Centro Cultural Kirchner hasta el Ministerio de Defensa.
Desde el Ejecutivo capitalino calcularon que por la autopista pasarán casi 18 mil camiones por día y a más de 800 de colectivos de larga distancia, el equivalente a 30 mil pasajeros diarios. El trayecto de 7,1 kilómetros entre la bajada de la AU La Plata y la subida de la Illia en Retiro que podía llevar 47 minutos ahora demorará 12. No habrá peajes: todos los vehículos estarán obligados a utilizar el Telepase para poder circular.
Los automóviles, como anticipó LPO, circularán por el par Madero/ Huergo (hacia el sur)- Alicia Moreau de Justo (hacia el norte). Se supone que los particulares tardarán 33 minutos en cruzar de norte a sur.
El trayecto de 7,1 kilómetros entre la bajada de la autopista a La Plata y la subida de la Illia en Retiro que podía llevar 47 minutos ahora demorará 12. No habrá peajes: todos los vehículos estarán obligados a utilizar el Telepase para poder circular.
El Paseo del Bajo cuenta con 12 carriles: cuatro exclusivos para camiones y micros de larga distancia, con acceso directo al puerto y a la Terminal de Retiro, y ocho carriles para vehículos livianos (cuatro con sentido norte sobre la avenida Moreau de Justo y cuatro con sentido sur sobre la avenida Huergo).
Desde el gobierno explicaron que por el menor tiempo de detención de vehículos y de velocidad constante se reducirán en 11.231 tco las emisiones de gases de efecto invernadero. La construcción del Paseo del Bajo generó 8500 empleos, con una inversión fue de 600 millones de dólares. Para finalizar la obra durante más de un año y medio los trabajos se realizaron durante 24 horas en triple turno.
La obra estuvo dividida en tres tramos. El Tramo A incluyó los extremos del Paseo del Bajo que corren en forma de viaductos y están ubicados en las autopistas Buenos Aires-La Plata y 25 de Mayo hasta la calle Brasil y en la autopista Illia e ingreso al Puerto y la Terminal de Ómnibus de Retiro.
El Tramo B corresponde a la trinchera semicubierta subterránea que se extiende por 1,5 kilómetros entre las calles Humberto Primo y Bartolomé Mitre.
La última parte, el Tramo C, es un recorrido de 2,5 kilómetros en trinchera desde la calle Bartolomé Mitre hasta la avenida Córdoba. Allí se eleva a nivel del terreno para eludir un gigantesco caño cloacal y pluvial que cruza el área. Luego la traza desciende nuevamente, y pasa por debajo de las vías ferroviarias, culmina en el inicio del viaducto norte.
El Parque del Bajo
Con el Parque del Bajo, la Ciudad sumó 35 mil metros cuadrados de verde en pleno centro. Es un beneficio colateral de la construcción de la autopista ribereña que integrará de manera definitiva Puerto Madero al centro y cambiará por completo la Ciudad. En total el Parque tendrá 13,6 hectáreas, casi la superficie de dos Parques Lezama.
En 1845 comenzó a diseñarse el Parque del Bajo. En ese entonces se llamaba Paseo de Julio y contenía un muro y una arboleda que llegaba casi desde Avenida Alvear hasta Paseo Colón. La intención era contener las crecidas del Río de la Plata y cumplió su función hasta que con la llegada del siglo XX la Ciudad comenzó a cambiar su fisonomía.
El nuevo parque se “alimentó” de cocheras de varios edificios públicos -CCK, Libertador- y zonas inutilizadas, además de absorber el helipuerto presidencial y buena parte de la plaza ubicada atrás de la Casa Rosada que en su momento Cristina Kirchner rodeó con rejas.
Para concretar el nuevo parque lineal, La Rábida, la avenida que bordea por detrás la Casa de Gobierno se movió unos metros más arriba y tiene una traza más recta, aunque conserva su característica “panza”. Además, amplió sus carriles de manera de solucionar el cuello de botella que se produce en horas pico, desde que se inauguró el Metrobús del Bajo.
Otro de los cambios concretados fue el movimiento de la terminal de colectivos que estaba ubicada en Madero y Córdoba: ahora será subterránea y estará bajo el antiguo estacionamiento de autos de Casa Rosada.
La autopista ribereña también permitió la conexión entre el Parque del Bajo y Puerto Madero: a pesar de su cercanía con la Casa Rosada, la zona que rodeaba a La Rábida se trataba de una de las más complicadas de la Ciudad.
Ahora hay una escalera de hormigón armado que cuenta con barandas y pasamanos de acero inoxidable y luces LED. El ancho de las escalinatas es de 50 metros y tiene 47 escalones, cubriendo las vías de tren y parte del Paseo del Bajo.
La obra vincula el eje histórico conformado por el Congreso de la Nación, la Casa Rosada y el Puente de la Mujer, salvando el desnivel de 6.5 metros de altura entre las avenidas Alicia Moreau de Justo y Huergo.
La obra, sin embargo, no estuvo excenta de polémica. El juez Claudio Bonadío investiga una denuncia por una posible manipulación de la licitación del Paseo del Bajo. Es que cuatro días antes de que se abrieran los sobres con las ofertas, el gobierno decidió modificar la forma de adjudicación.
En los pliegos se estableció que ninguna empresa iba a poder quedarse con más de un tramo de los tres en los que fue dividida la obra y en un principio la parte más cara iba a ser la primera en ser licitada. Así el Estado se aseguraba que la empresa que presentara las mejores ofertas ganara la zona más costosa.
Sin embargo poco antes de la apertura de sobres AUSA cambió la mecánica y el primer tramo en adjudicarse fue el más barato. Por eso la española Isolux, qué había presentado las mejores ofertas para todos los tramos, terminó quedándose con la parte más barata. La empresa española atravesaba una grave crisis que terminó en su quiebra y se sabía que presentaría ofertas agresivas. Al final también perdió el tramo que se le había adjudicado.
IECSA, la empresa que hasta hace un año estaba en manos de Ángelo Calcaterra -primo de Macri-, fue la gran favorecida con el cambio, según denunció la titular de la Auditoría de la Ciudad, Cecilia Segura. Luego de la adjudicación la compañía fue vendida.
“Los procesos fueron llamativamente irregulares, y queda claro que el tramo más caro de la obra se adjudicó con un proceso distinto del que correspondía por ley, sin razones que lo justificaran”, aseguró la auditora Mariela Coleta.