El contexto socioeconómico replantea las preocupaciones de los porteños. Mayor dinero asignado a la educación, que se vería traducido en, por ejemplo, mejores escuelas y más vacantes, y medidas para revertir el incremento de la pobreza lideran el ranking de un listado de prioridades establecidas por vecinos.
Mirta Purita camina por su barrio, en Villa Lugano, cuando LA NACION le cruza el paso. Apenas se le consulta sobre qué debería prevalecer en la política local no vacila y responde, tajante: “En esta comuna faltan muchas escuelas. Todos los años hay problemas con las vacantes”. La mujer prosigue, eufórica: “Se precisa más equidad en esta zona. Hay mucha gente con hambre”. Al otro de la ciudad, en Villa Urquiza, también hay inquietud por la educación de los más chicos. “No tuve suerte de que mis hijos fueran a la escuela pública porque nunca tengo vacante. Al más grande lo llevo a una institución privada, pero a la nena de dos años no le puedo pagar un maternal”, se queja Carmen Ibáñez.
La opinión de estas dos vecinas confirman los resultados de una encuesta realizada al azar a 1450 porteños por la Defensoría del Pueblo de la ciudad poco antes de las elecciones, cuando las promesas de campaña de los candidatos a jefe de gobierno se hacían oír en todos los barrios. En 12 de las 15 comunas en las que está descentralizada la Capital, la mayoría de las personas entrevistadas consideró que el aumento del presupuesto educativo debería ser prioritario. Una respuesta similar hubo ante otra pregunta: cuando se les consultó entre un listado de temas a resolver, que incluía distintas cuestiones económicas y sociales, cuál de ellos era “el más importante”, otra vez “la situación de la educación” fue el centro de atención en muchos de los encuestados.
“Cuando analizamos los datos nos llamó la atención el cambio que hubo respecto del año pasado, cuando la inseguridad y la corrupción eran los problemas que más importaban en un sondeo similar. Hubo una inversión en la lista para tender ahora a temáticas más sociales”, reflexiona Alejandro Amor, al frente de la defensoría, en diálogo con LA NACION.
En las comunas 12 (conformada por los barrios de Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Pueyrredón), 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) y 10 (Villa Real, Monte Castro, Versalles, Floresta, Vélez Sarsfield y Villa Luro), más del 33% de las personas encuestadas en cada una entendió que el aumento del presupuesto educativo en la ciudad es prioritario. “Claro que es importante”, opina Ricardo González, que hace 50 años vive en Saavedra. “Son necesarias más escuelas, mejor infraestructura para ellas. Hay que apostar a los niños y hacer hincapié en la escuela pública”, sentencia el hombre. Y Joaquín Domingo, habitante de Villa Urquiza, resalta: “Es preocupante lo que pasa con la falta de vacantes”.
Sin datos oficiales, las cifras respecto de niños sin lugar en escuelas públicas de la Capital varían según el organismo que las difunda pero, números más números menos, hay menores en etapa inicial que no tienen acceso a su derecho garantizado por la Constitución porteña desde que tienen 45 días de vida.
Desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) informan que hoy en Buenos Aires hay 9120 niñas y niños que no accedieron a una vacante en el nivel inicial para el ciclo lectivo de este año. Pero no se trata de una problemática novedosa. Ya en 2006, esa entidad inició una acción judicial contra el gobierno porteño por los menores que quedaban fuera del sistema educativo. Cinco años después, en el mismo expediente, se alcanzó un acuerdo en el que la Ciudad reconoció el incumplimiento y se comprometió a resolver de manera definitiva la cuestión, para lo que llevaría adelante un plan de obras para la creación de nuevas vacantes.
“Ocho años después de la firma del convenio, la lista de espera prácticamente se duplicó. Mientras en 2011 eran 5629 las niñas y los niños sin vacantes, en 2018 ese número ascendía a 10.651”, explica la ACIJ en un informe realizado a mediados de este año. El análisis, al que accedió LA NACION, va por más: “Para resolver el déficit es necesario aumentar la disponibilidad de dichos espacios. Por eso, el presupuesto para infraestructura escolar resulta de especial importancia. Si se ajusta el presupuesto disponible en 2018 a la inflación de ese año, la disminución del presupuesto para 2019 es de un 52,74%”.
Marcelo Pascual, de Familias por la Escuela Pública, explica que el problema es presupuestario. “La educación es solo el 17% del total del presupuesto de la ciudad y la realidad es que viene bajando año tras año desde 2007, cuando era del 30%”, dice, y ejemplifica: “El dinero destinado al subsidio FUDE (Fondo Único Descentralizado de Escuelas), que sirve para gastos menores, no llega a cubrir el 25% de las erogaciones, por lo que los padres, a través de las cooperadoras, nos hacemos cargo”.
Para este año, la partida asignada para la educación porteña representa poco menos del 18% del total del presupuesto para el distrito. Según se consigna en la página oficial del Ministerio de Educación e Innovación de la ciudad, de 54 escuelas que el gobierno se había comprometido a terminar, 30 ya están listas. En total, se espera sumar unas 9000 vacantes. LA NACION se comunicó con el Ministerio de Educación para obtener más detalles y consultar sobre las problemáticas que preocupan a los vecinos y los planes para los próximos años, pero no recibió respuesta a los reiterados mensajes.
Durante la campaña electoral, el luego reelecto Horacio Rodríguez Larreta anticipó que el plan de infraestructura para su segundo mandato contempla “la construcción de 19 nuevas escuelas, para que la educación pública esté cada vez más cerca de las casas de todos los chicos y chicas”. Los establecimientos estarán, según lo anunciado, en Retiro (primaria e inicial), Barracas (media, inicial y primaria), La Boca (inicial), Nueva Pompeya (dos de nivel inicial y una primaria), Almagro (primaria), Palermo (especial), Núñez (inicial), Parque Avellaneda (primaria), Liniers (media), Villa Riachuelo (media), Villa Soldati (inicial y primaria) y Villa Lugano (primaria e inicial).
Adrián Farías, que vive en ese último barrio, está convencido: “Hay que reforzar lo concerniente a la educación. Maestros -y también policías y médicos- mejor pagos. Es necesario que los chicos no vayan solo a comer”.
Otras prioridades
El aumento del costo de vida y la falta de trabajo no son ajenos para quienes residen en la ciudad. En el listado de los temas a resolver más importantes, el segundo y el tercer lugar lo ocuparon el aumento de la pobreza y del desempleo. Y, al momento de elegir entre las propuestas que deberían prevalecer en el gobierno porteño, los encuestados respondieron en la misma sintonía: priorizar en el programa Primer Empleo Joven y la concesión de beneficios impositivos para pequeñas y medianas empresas de la Capital. “El barrio mejoró mucho. Con las luces nuevas, por ejemplo, hay más seguridad. Pero es preocupante el tema laboral. Hay mucha gente sin trabajo”, dice María Cristina Torías, vecina del barrio Juan José Nágera, de Lugano, situado junto al Parque Indoamericano.
En su comuna, la 8, la mayoría de los habitantes encuestados mencionó otras temáticas como importantes para la zona: que se priorice un plan de viviendas accesibles, tanto para la adquisición como para alquilar, y la construcción de un hospital en Villa Soldati. La vecina Purita dice, enojada: “El Cecilia Grierson no es un hospital. No tiene todo lo que se necesita. Es incompleto”. Para Patricia Medina, otra vecina de Villa Lugano que vive cerca de Saraza al 5400, no hay dudas: “Definitivamente, la construcción de otros hospitales debería ser el tema que tiene que priorizar el gobierno. Acá, en la zona sur, faltan”.
Fuente: La Nación