El ex embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, asumió este jueves como nuevo presidente del Astillero Río Santiago, un ente del estado provincial que fue foco de numerosos conflictos gremiales durante la gestión de María Eugenia Vidal.
La designación de Basteiro fue publicada en el Boletín Oficial, luego de aceptar la renuncia del anterior titular del organismo, Héctor Nicolás Calvente. Horas más tarde, el ex embajador asumió formalmente el cargo en el predio naval de Ensenada.
“Es un orgullo venir a colaborar en esta etapa del Astillero”, expresó Basteiro al ser puesto en funciones por el ministro de Producción, Augusto Costa, en un acto en el que estuvieron los intendentes Mario Secco (Ensenada) y Fabián Cagliardi (Berisso).
Basteiro llegó a presidencia del Astillero con el apoyo de Secco, una figura que gravita en las desaveniencias de la compleja fábrica naval. El intendente es además una de las figuras cercanas a Kicillof.
El ex diputado nacional competía por el puesto con el ingeniero Ángel Cadelli, ex vicepresidente de la fábrica naval quién semanas atrás había presentado una propuesta para incrementar en mediano plazo en un 100% la planta actual de 3.000 trabajadores. Esa propuesta fue acercada a Kicillof, quien finalmente se inclinó por el aeronáutico.
“Pasaron cuatro años terribles, donde Macri y Vidal quisieron cerrarlo, pero vamos a trabajar entre todos para volver a ponerlo de pie”, dijo Basteiro en un acto en las instalanciones del Astillero.
Como representante del gobierno estuvo el ministro de Producción, Augusto Costa, quien reiteró la decisión de la nueva administración de levantar al astillero por su aporte al trabajo y la producción de la provincia. “Vamos a trabajar en un plan de desarrollo junto al gobierno nacional y los trabajadores. Nadie va a venir a imponer nada”, aclaró.
Durante la gestión de Vidal, el astillero fue foco de numerosos conflictos gremiales, por los intentos del Gobierno de recortar los beneficios salariales que poseían. Por entonces, el gobierno bonaerense denunció que el astillero tenía 3.251 trabajadores y le costaba al Estado 3500 millones de pesos al año. Además, cuestionó que los puestos jerárquicos percibieran salarios de entre $100.000 y $300.000 por mes.
El Astillero atraviesa una situación compleja desde hace años. Hace dos décadas la mitad de sus ingresos provenía de los buques que hacía; ahora con su producción apenas cubren el 1% de los costos operativos. El resto lo aporta el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
El sueldo promedio de un trabajador es de $46.000 mensuales. Y aunque no está en el convenio colectivo, cobran 14 sueldos por año porque se liquidan dos veces las vacaciones.
A pesar de que hace más de una década que no termina un barco, hay un premio a la eficacia. El plus por productividad varía entre 20.000 y 60.000 pesos mensuales.
Con las actuales condiciones de producción y los contratos de trabajo, hacer un barco en el astillero vale 10 veces más caro que en cualquier parte del mundo.
A principios de noviembre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, festejó el triunfo de Kicillof en la provincia en un encuentro Antimperialista y contra el Neoliberalismo que protagonizó en La Habana junto al jefe del Ejército cubano y líder de la revolución, Raúl Castro, y el presidente Miguel Díaz-Canel.
En su discurso, Maduro se comprometió con Kicillof a enviar los recursos necesarios para terminar los dos buques petroleros que el Astillero Río Santiago no logra terminar desde hace 14 años.
“Venezuela tiene los recursos y está lista para invertir y terminar los dos buques en el astillero Río Santiago apenas se den las condiciones necesarias”, dijo Maduro este domingo, cuya presencia en la Habana no estaba anunciada.
Los petroleros son un símbolo de las relaciones entre los gobiernos kirchneristas y el chavismo. El contrato se firmó como bombos y platillos en agosto de 2005 y debían entregarse en 2009. Sin embargo, entre la burocracia venezolana y las internas en el astillero, ya pasaron 14 años y los barcos siguen en el Astillero.
El Eva Perón llegó a botarse en 2012 en un mega acto donde participó el gobernador Daniel Scioli y los obreros del astillero estatal. Pero desde entonces reposa sobre un canal interno del astillero.
En cuanto al Juana Urzuduy, en agosto se montaron los bloques de babor y estribor correspondiente al guardacalor (chimenea) del buque y sus trabajos están más atrasados que el Eva Perón.
Fuente: La Politica On Line