Mientras que los millennials sienten que “Facebook ya fue” porque allí están sus padres y se refugian en Instagram creyendo que es la red social de moda, los centennials –o generación Z, esto es, aquellos nacidos en el siglo 21– ya decretaron que la red social de los posteos con filtros y las stories también quedó atrás.
Ahora los más jóvenes comparten su vida y crean contenidos en Tik Tok, una red social originada en China que genera muchos interrogantes geopolíticos, acaba de ser prohibida en las fuerzas armadas de los Estados Unidos y cautiva a millones de argentinos.
Tik Tok fue desarrollada en solo seis meses en 2016 por un equipo chino de ocho personas con el objetivo de compartir “playbacks” de canciones en videos selfie de 15 segundos. Oriente tiene una larga tradición de espacios de karaoke como punto de encuentro social y la idea fue mejorar la experiencia que ofrecía, en ese momento, la app estadounidense Musical.ly.
En menos de un año, Tik Tok (que en China se llama Douyin) superó los 100 millones de usuarios únicos y se volvió la más descargada en varios países de la región.
Para finales de 2017 el dominio de la región oriental era tal que Tik Tok compró Musical.ly y fusionó ambas apps con el claro objetivo de meterse en el mercado estadounidense. Lo logró creces: de acuerdo a la consultora Datareportal, en 2019 la app superó los 500 millones de usuarios activos.
En el primer cuatrimestre del año que pasó, Tik Tok se ubicó tercera en el rankings de apps más descargadas del mundo tanto en Android como en iOS y es la única que no es propiedad de Facebook. El dato no es menor: varios medios señalaron que Mark Zuckerberg intentó comprarla y, frente a la negativa, instruyó a los desarrolladores de Instagram para que imiten sus funciones principales, tal como hizo hace cuatro años con Snapchat y el formato “stories”.
Sin embargo, el secreto de la app podría no residir en sus características o funciones sino en algo más profundo: sus algoritmos para detectar cuando un contenido tiene la potencia de volverse “viral” y gustarle a más usuarios. En ese sentido, muchos la ven como la app más adictiva del mundo.
Otros, en cambio, le encuentran un costado incluso más oscuro, la influencia que ejerce el gobierno chino sobre ella y sobre los datos que recopila de sus usuarios. Al usar filtros de reconocimiento de rostros, como los de Instagram o Snapchat, muchos se preguntan qué sucede con esa información. Los senadores republicanos Tom Cotton y Chuck Shumer presentaron un informe con una carta a Joseph Maguire, director interino de Inteligencia Nacional, denunciando que “Tik Tok es una amenaza potencial de contrainteligencia que no podemos ignorar”. La administración Trump tomó nota y desde este año los oficiales del ejército tienen prohibido instalarla en sus teléfonos cuando estén en servicio.
La Argentina no quedó al margen del fenómeno Tik Tok. Si bien no hay cifras oficiales de su uso en el país, el usuario más seguido es Candelaria Copello, una porteña de 19 años, que tiene más de 2,7 millones de seguidores, la mayoría nacionales, lo que habla a las claras de la penetración.
Incluso celebridades tradicionales como Mariano Martínez también se sumaron, siguiendo el ejemplo de sus hijos adolescentes. En los primeros días de 2020, Tik Tok se encuentra por encima de Instagram en los rankings de las apps más descargadas… ¿la peor pesadilla para Facebook y los Estados Unidos llegará finalmente desde China?
Fuente: Infotechnology