No habrá calificaciones en las escuelas porteñas hasta que se retomen las clases

En muchas de las escuelas porteñas , los primeros boletines de calificaciones del año deberían estar listos mañana, junto con el cierre del primer bimestre escolar . Pero ante la incertidumbre actual por la epidemia de Covid-19 , y como una medida necesaria para no profundizar la brecha educativa, ayer la Ciudad decidió suspender las calificaciones de los alumnos en todas las escuelas, de gestión estatal o privada, y en todos los niveles. La provincia de Córdoba fue la primera en aplicar esta medida , que según dijo el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta , será replicada en todo el país. El nuevo esquema será consensuado entre las 24 jurisdicciones, a más tardar el lunes próximo.

No habrá calificación numérica en los boletines. Los estudiantes de secundaria no recibirán ni 10 en historia ni 4 en matemática. Tampoco habrá “regulares” que desaprueben a un alumno de primaria en una asignatura ni “sobresalientes” que destaquen su buen desempeño. La intención principal de la medida, de acuerdo con el comunicado publicado ayer por el Ministerio de Educación porteño , es que las escuelas puedan seguir enfocándose en la continuidad pedagógica, que se refuerce el vínculo entre docentes y estudiantes, y que puedan detectar nuevas estrategias para avanzar en el aprendizaje remoto. Por eso, se decidió modificar la agenda educativa y dejar sin efecto las fechas de cierre de los próximos bimestre, trimestre y cuatrimestre, según corresponda, en todos los establecimientos educativos.

A más tardar el lunes próximo, las 24 jurisdicciones de todo el país llegarán a un consenso para definir los lineamientos del nuevo esquema, que comenzará a regir en todas las escuelas de la Argentina. “Estamos afinando algunos conceptos para que haya una mirada unificadora. No se va a calificar a los alumnos de la manera tradicional. No podríamos hacerlo en este contexto. Pero sí habrá una evaluación conceptual, es necesaria para reconocer el esfuerzo y hacer una radiografía de la situación -responde el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta-. En una encuesta realizada en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el 92% de las familias manifestaron que los chicos tienen vínculo con los docentes. Necesitamos saber más sobre qué sucede con ese 8% restante y entre los que sí tienen vínculo. Qué tipo de vínculo, con qué frecuencia”.

Hasta que se retomen las clases de manera presencial, las notas serán suplantadas por una valoración pedagógica, que en las escuelas porteñas servirá para promover una mirada integradora del recorrido de los estudiantes durante la suspensión de clases presenciales. Es decir, cómo es el vínculo que se estableció con los docentes, qué avances pudieron hacer y qué obstáculos tienen para seguir mejorando.

Carolina Vagliente vive en Belgrano y tiene dos hijos. Helena va a tercer grado, y Benjamín, a sexto. Van al colegio Sworn, una institución privada de enseñanza bilingüe, y su mamá cuenta que las primeras semanas después de que se suspendieron las clases fueron muy estresantes. “Ahora están más tranquilos, pero al principio les mandaban demasiada tarea. No llegábamos a terminar nada. Llorábamos todos. Después se incorporaron las clases por Zoom a la mañana, y la cosa va mucho mejor ahora. Entiendo que en un momento así los ajustes son permanentes. Me parece bien que no los califiquen con notas, creo que sería sumar una presión innecesaria en un momento de tanta angustia. Lo que sí hacen las maestras es evaluar la responsabilidad. Les piden que entreguen los trabajos, que no se retrasen”, detalla Carolina.

Como especialista en administración y gestión educativa, Santiago Bellomo, que también es profesor en la Universidad Austral, considera que suspender las calificaciones es una medida razonable. “Sobre todo si se tiene en cuenta que el 70% de la población estudiantil de todo el mundo ha sido afectada, según datos de la Unesco. Lo absurdo sería pretender continuar evaluando con el calendario que fue planificado al inicio del año. La escuela sabe que hay una evaluación de proceso y otra de resultados, y me da la impresión de que se está poniendo el foco en la primera. Además, otro aspecto tiene que ver con la equidad, porque hay un universo de escuelas que no han logrado tener las condiciones necesarias para la enseñanza virtual. Promover el mismo tipo de evaluación solo acentuaría la brecha que ya existe. Me parece una mediad saludable”, concluye.

Para Florencia Bauzá, mamá de Francisca, de 12 años, y de Josefina, que está en quinto grado del colegio Lenguas Vivas, de gestión pública, lo más difícil de esta situación es que no hay ningún precedente parecido para saber cómo actuar. “Es difícil saber lo que está bien y lo que está mal. Pero evaluar con notas sería ridículo, de ninguna manera podría ser algo representativo del aprendizaje en este contexto. Que los chicos tengan clases por Zoom está bueno; que haya tareas para hacer en casa, también. Pero si eso trae exigencia y angustia es un bajón. Ahora, ¿cuáles son los parámetros para evaluar si los chicos entregan las tareas o no? Hay padres que no tienen tiempo para acompañarlos, y sabemos que en la primaria necesitan de la mediación de un adulto. Otros pueden tener tiempo y no disponen de la tecnología necesaria. Yo les hincho a mis hijas para que avancen con las tareas de las materias troncales, pero dejamos de lado asignaturas como música o gimnasia, y los docentes hacen mucho esfuerzo por conectarse con ellos”, describe.

¿Cuándo llegará la evaluación pedagógica? Todas las escuelas porteñas tendrán un período cuatrimestral, que se extenderá hasta el 30 de junio, para informar a las familias y a los estudiantes sobre la valoración del proceso pedagógico. En todos los casos, sin calificación, y en función de los criterios y alcances propios de cada nivel educativo.

Otras medidas que serán implementadas
Los equipos de conducción y docentes continuarán profundizando el acompañamiento y seguimiento a sus estudiantes. Se llevará un registro sistemático y una valoración del proceso pedagógico desarrollado de forma remota sin calificación.
Todo esto se implementará para reforzar el vínculo entre docentes, estudiantes y familias, con el fin de que permita anticipar qué estudiantes requieren de mayor acompañamiento.
La valoración de los procesos pedagógicos de los estudiantes durante el período que dure la suspensión de clases presenciales, se complementará al retomar la presencialidad, con instancias presenciales que permitan ratificar, rectificar o completar la valoración realizada, y acreditar en el momento oportuno el proceso de aprendizaje realizado.

Fuente: La Nación

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