España sigue sumando casos de coronavirus. Desde el viernes se registraron 16.269 nuevos casos y las autoridades aplicaron nuevas medidas de restricción. Es el país de Europa más afectado por la pandemia y ocupa el lugar número 11 a nivel global, mientras que el total de muertos superan los 28.000.
Aragón, Cataluña y Madrid son las comunidades más afectadas por los rebrotes. Cataluña informó este lunes de 1.204 positivos en el último día y Madrid acumula casi 6.000 infectados, según informó Sanidad.
En este contexto, el País Vasco declaró este lunes en emergencia sanitaria, pero la consejera de Sanidad, Nekane Murga, descartó que vayan a decretar un confinamiento general.
Con este panorama, las regiones comienzan a aplicar progresivamente las nuevas restricciones acordadas con el Gobierno nacional para frenar el contagio de coronavirus, que crece sin freno desde hace varias semanas, como el cierre total de boliches, bares de copas y otros establecimientos de ocio nocturno.
Las medidas comunes de cumplimiento obligatorio y las recomendaciones abarcan el ocio nocturno, la hostelería (bares), los centros sociosanitarios, los eventos multitudinarios, los cribados específicos de pruebas PCR y el consumo de alcohol y tabaco. Deben ser aprobadas previamente y publicadas de forma oficial por cada autoridad regional para aplicarse.
Una de las más novedosas, que ya habían decidido por su cuenta Galicia y Canarias, es la prohibición de fumar en la vía pública o espacios al aire libre cuando no sea posible una distancia mínima de dos metros entre personas, con el fin de evitar que el virus se transmita en el humo exhalado.
También se limita la ocupación de mesas de los servicios de hotelería y restaurantes a diez personas y se adelanta su cierre a la 1 de la noche.
En los centros sociosanitarios o residencias de mayores será obligatorio realizar pruebas PCR a los nuevos ingresos y a empleados que regresen de un permiso o vacaciones; y se limitan las visitas a una persona por residente y un máximo de una hora al día.
A pesar de que los contagios crecen en distintas regiones, sobre todo vinculados con los encuentros sociales de gente joven, unas 2.500 personas se concentraron ayer en la plaza de Colón, en Madrid, para manifestarse en contra del uso obligatorio de tapabocas y de otras medidas implantadas por el Gobierno para intentar que escalen los nuevos casos.
Entre otros argumentos estos manifestantes dicen que usar mascarillas es “atentar contra los derechos humanos”, porque “las personas sanas no deberían llevar mascarillas”, la cual consideran “una auténtica tortura”.
Pero además, culpan a las autoridades de crear “una falsa pandemia” y piden a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que cese en sus protocolos, ya que “las consecuencias colaterales de esta pandemia es que ya han muerto más de 1.400.000 personas tuberculosas” y consideran que al finalizar el verano “lo harán alrededor de 300.000 al día, pero éstas de hambre”.
El delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco, rechazó la manifestación advirtió que se van a tomar medidas. “Es absolutamente inaceptable lo que sucedió, gravísimo, y vamos a actuar en consecuencia”, dijo a cadena SER.
Fuente: Minuto Uno