El cupo laboral trans ya se cumple en la Cámara de Senadores bonaerense y la primera empleada en ingresar a trabajar, Alma Fernández, afirmó que ese proceso “para muchos puede ser antipático, pero es muy positivo” y en su caso significó tener “el primer trabajo en blanco”.
Fernández, activista travesti, contó que se desempeña en el despacho del senador Emanuel González Santalla (Frente de Todos) y que llegó a Buenos Aires desde Tucumán en 2001.
“En 38 años, es la primera vez en mi vida que tengo la oportunidad de un trabajo en blanco y una entrevista laboral. Pero, también me parece un logro importante, porque aprendí a leer a los 30 años”, destacó.
“Soy oriunda de la provincia de Tucumán, soy pobre y, como la mayoría de las travestis del norte, viajamos desde el interior a la capital a prostituirnos porque mi colectivo no tiene otras posibilidades en su universo”, remarcó en una entrevista con FM 97 Une.
Fernández dijo que viene de una familia “ignorante, pero llena de amor y comprensión” que la contuvo pero “éramos un montón y teníamos muchos problemas económicos”.
En ese contexto, recordó que en las provincias del norte argentino hasta el 2012 existían los edictos policiales y “si salías a la calle a comprar pan, te llevaban presa y te aplicaban el artículo de vestimenta inapropiada”.
“Más me corrió eso: el maltrato, los calabozos, los golpes y el destino de prostitución”, dijo al explicar por qué decidió viajar a Buenos Aires.
LA VIDA COLMADA DE OBSTACULOS
“Llegué en noviembre de 2001, luego explotó el país y yo estaba parada en las calles prostituyéndome. Las señoras miraban por la ventana y se horrorizaban pero no se preguntaban cómo una niña de 13 años llega a la ciudad a prostituirse”, planteó.
Fernández sostuvo estar “feliz de haber podido escapar de eso” y analizó que “no alcanza con ser la primera, porque necesitamos ser la primera en todos los ámbitos de nuestras vidas”.
“Se tienen que acabar los cupos. Nosotres como personas debemos preguntarnos cuánto cupo trans real hay en nuestros amigos, entorno, barrio, espacios, para poder entender nuestra realidad”, indicó.
La joven contó que tuvo acceso a la educación al ir al Bachillerato Popular Mocha Celis -que funciona en el barrio de Chacarita, en la ciudad de Buenos Aires, desde hace 8 años- lo que la convirtió “en sujeto de derecho” y le cambió la vida.
“Por toda mi trayectoria y recorrida militante, conozco al senador. Trabajamos una ordenanza en Avellaneda y este año me llamó y me ofreció trabajar con él”, aseveró y agregó que su deseo es que ingresen a trabajar “muchas compañeras más”.
Fuente: Télam