Diego Armando Maradona cumplió 60 años y Página/12 se sumó a los festejos con la presentación del libro D1OS. Miradas sobre el mito Maradona, de Julio Ferrer, editado por Octubre. En un encuentro virtual llevado a cabo este viernes, del que participaron periodistas, personalidades de la cultura y los derechos humanos, amigos y compañeros de equipo del astro, el autor habló de su obra junto a la periodista Sofía María Martínez.
“El más humano de los dioses”, fue la cita de Eduardo Galeano que eligió Martínez durante la presentación, y lamentó no haber vivido esa época por una cuestión generacional. Preguntado sobre por qué un libro sobre la figura de Maradona, Ferrer aclaró: “Vengo del periodismo político -dijo el autor de Osvaldo Bayer intimo. Conversaciones con el Eterno Libertario y El oficio de periodista-. Pero siempre anhelé escribir sobre Diego. Signorini, alma mater de este libro, ser humano maravilloso y gran profesional, me dio la chance de conocerlo en La Plata e hizo el prólogo de una pluma exquisita, además de proveerme de muchos contactos. Todos ellos destacaron la magia futbolística, pero también su parte humana”.
Precisamente Signorini, parte esencial en la vida de Diego no sólo como preparador físico, señaló: “Si bien me cuesta hacer público lo privado, es una genuina alegría que Maradona cumpla 60, porque contribuyó a dar alegría a través de la magia de su pie izquierdo. El Diego que yo conocí sigue siendo ese pibe fantástico, sobre todo porque emergió en medio de condiciones sociales más bien perversas. El deporte es un arma maravillosa para la formación de un chico. Pero en la actualidad, el ambiente del fútbol se volvió muy frívolo y sin valores”.
El autor del libro también desgranó los primeros pasos de Diego: “En la época cebollita era Pelusa, talento, picardía y esencia del fútbol; luego se profesionalizó y fue marcado por muchos, como Miguel Brindisi, que tenía 10 años más que Maradona y llegó a decir que jugar con Diego ‘era lo más fácil’. En Barcelona comenzaría a hacer historia”.
Por su parte, Víctor Santa María, al frente del Grupo Octubre, aportó: “Este libro emociona, Diego es tan genial dentro como fuera de la cancha. También recuperaba la pelota, no era sólo un hombre de área, un jugador completo. Si salió campeón en tantos equipos es porque es especial. En el Mundial ’86 tuve una cábala: jugaba al pádel con unos amigos antes de los partidos. Siempre terminábamos todos llorando, abrazados. Hoy nos deja enseñanzas: aun desde su procedencia y codeándose con los poderosos del mundo, nunca dejó de ser Maradona”.
A continuación llegaron sentidos mensajes de otro cebollita como Claudio Rodríguez; y ex compañeros de equipo como Osvaldo Rinaldi, Pedro Troglio, Pedro Pasculli y Héctor Enrique, quien aseguró que los botines con los que jugó en México ’86 “los consiguió gracias a Maradona”.
También dejaron cálidos mensajes Angel Cappa, Rita Cortese y periodistas como Alejandro Apo, Adrián Paenza, Horacio Pagani y Pablo Llonto, quien contó la faceta de Diego como “artista plástico” durante su residencia en Cuba, con un retrato de Bush hijo enmarcado en una tapa de inodoro, que luego el inefable Guillermo Coppola confió que le regalaría al mismísimo Fidel Castro. Por su parte, Guillermo Blanco relató que en 1984, en un eufórico vestuario del Napoli, el astro confesó que ese entorno le hacía “acordar a Argentinos Juniors”.
“Se ocupa de las causas de los más humildes y no olvida quién es. A Maradona se lo quiere demasiado, hasta los de Estudiantes lo aplauden”, apuntó Hebe de Bonafini
sobre el DT de Gimnasia La Plata. “Qué nombre, qué hombre. Seguí así, naciste así y que lo disfrutes. Las Abuelas te queremos muchísimo”, deseó a su turno Estela de Carlotto.
“Es que Maradona vive en el alma del pueblo, es inexplicable lo que les hace sentir a millones de personas. Y es un hombre que también defendió la bandera de los más comprometidos de Sudamérica, como Evo, Chávez, Fidel, Lula, Néstor y Cristina”, remarcó Ferrer.
Por otro lado, el goleador histórico de Boca, Martín Palermo, evocó con alegría a su compañero de equipo y luego entrenador en la Selección: “En aquel partido contra Perú, con mucha lluvia y viento, nos quedábamos afuera del Mundial. Y me tocó hacer el gol; verlo festejar tirándose de panza al pasto y el abrazo del final lo tengo muy presente, es de los mejores recuerdos de mi etapa de jugador”.
Por supuesto, no podía faltar el saludo de Víctor Hugo Morales, quien eternizó con su relato el mejor gol de la historia: “El tiempo vuela y los 60 llegaron para Diego. Yo aún lo veo en una especie de aureola dorada en México en la jugada más extraordinaria de todos los tiempos. Nunca un gol se gritó tanto y unió tanto a los argentinos como el segundo a los ingleses. Es un mito y una leyenda viviente. Y es un muy buen tipo, humilde y sin divismos. Claro que también se defiende cuando lo atacan. Puedo hablar siglos de Diego, para devolver así lo mucho que me dio”.
Fuente: Página 12