Las murgas llevan la alegría a los barrios, pero lo primero es la salud. Ya tendremos tiempo de festejar el Carnaval”, dijo el delegado de las murgas del Circuito Carnaval Porteño, Felipe Fiscina, que, a través de una carta al Ministerio de Cultura, en representación de las agrupaciones y organizadores de corsos, decidieron suspender los festejos presenciales del mes próximo para evitar la propagación del Covid-19. Eso sí: apuestan a transmitir la celebración vía streaming.
“Nuestra comunidad tiene como prioridad el cuidado extremo de la salud”, reiteró el delegado, y señaló que se le pidió al Gobierno de la Ciudad posponer los festejos presenciales para julio. “El Carnaval es nuestro momento cumbre, nuestro refugio, el que esperamos todo el año: este festejo popular, barrial, callejero y gratuito; la murga porteña. Exponemos nuestro arte, hemos ensayado todo el año, es un espacio de liberación”.
Ante la situación sanitaria, los integrantes de este colectivo se movilizaron desde el comienzo de la cuarentena para adaptarse a las circunstancias. “La pandemia nos hizo rever lo que temíamos desde marzo, que no se planteaba un futuro muy benigno. Nos organizamos de manera virtual, creamos comisiones de trabajo desde mayo para avanzar con los protocolos y poder continuar con las murgas, pero el 28 de diciembre decidimos que había que suspenderlas”, manifestó Fiscina.
Antonio Coronel, participante de la murga Los elegantes, coincidió con el delegado: “Los carnavales son la alegría de la gente. Todo lo que hacemos es para divertirla y le damos nuestro baile, ritmo y pasión, pero hubo muchos fallecidos en la Argentina y no hay protocolo que valga”.
ALTERNATIVAS
“Se cambia la modalidad, pero no se suspende el Carnaval. El Carnaval es febrero, aunque no podamos inundar las calles de desfiles. La idea es que el gobierno de la Ciudad transmita parte del Carnaval en su canal y en sus redes, transmitirlo en vivo o en diferido”, dijo Fiscina.
Mientras esperan la respuesta del Ministerio de Cultura para celebrar de manera presencial en julio, proponen varias alternativas para febrero: transmisión vía streaming de la actuación de murgas, decoración de plazas y muestras fotográficas en distintos espacios, entre otras. “En un marco triste por la pandemia, se trata de dejar nuestra firma y tener un recuerdo bonito”, dijo Fiscina.
LA NACION consultó al Ministerio de Cultura si se permitirá la celebración virtual en febrero y si aprobará que se festeje el carnaval en el mes de julio, pero no obtuvo respuesta.
Lourdes Gordillo, de la murga Los Viciosos, afirmó que la celebración del Carnaval es amor, amistad y familia. “Es la forma más sana de liberar todo lo que uno tiene adentro. Ahí conocí a mi pareja, con la que estoy por cumplir dos años. Se hace muy difícil este año con la suspensión, pero si hay alguna forma de que se realice la murga, sería una buena salida para mucha gente que lo pasó mal durante todo el año encerrada”.
Más de 100 murgas de toda la ciudad se preparan anualmente para estas celebraciones y alrededor de 15.000 personas desfilan por las calles porteñas. El director de la comparsa Los reyes del ritmo, Daniel Villalba, dijo: “Los murgueros trabajamos todo el año para mostrar nuestro arte a la gente, pero lo primero es la situación sanitaria”.
Villalba afirmó que, en su caso, no se sumaría a los streamings, una de las propuestas de las agrupaciones para mostrar sus actuaciones durante febrero: “Lo virtual no encaja con nosotros, necesitamos el calor de la gente”.
Dana Aparicio, integrante de la murga La gloriosa de Boedo, advirtió sobre la situación del colectivo: “Si bien el subsidio que recibimos sigue vigente, es insuficiente para solventar los gastos que implican salir al corso. Pero no lo vemos como una ganancia, sino como un espacio de encuentro con los vecinos y las organizaciones del barrio; una posibilidad de hacer, de manera colectiva, arte popular y callejero”.
GUALEGUAYCHU, TAMBIEN SIN CARNAVAL
El mayor evento a cielo abierto tradicional de la ciudad de Gualeguaychú, conocido como “el Carnaval del país”, tampoco se celebrará por la situación epidemiológica. Así lo anunció la Comisión de Carnaval local en diciembre pasado. Anualmente participan alrededor de 12 carrozas y más de 1000 integrantes.
Carlos Peralta, coordinador del Jurado del carnaval popular, murguero desde hace 15 años y cantor de folclore, aseguró que la situación “es terrible para Gualeguaychú, pero también para el resto de lugares que conmemoran esta fecha”, tanto económica como socialmente.
“En lo social, reciben reconocimiento artístico todas aquellas personas que pertenecen a los sectores más marginales de la ciudad. Económicamente repercute a una ciudad que vive del carnaval y se refleja en un invierno no tan cruel”, añadió.
Peralta recordó la única vez que se suspendió el carnaval: fue en 1992 por un brote de cólera. “En una noche de carnaval pueden juntarse 35.000 personas. Es un espectáculo que lleva a vivirlo de una manera excitante, con disfraces, con espuma. Lleno del contacto de la gente, el feedback, el calor humano que tiene el carnaval; no es solo el desfile”, añadió.
“Hay que ver cómo evoluciona la situación, vivimos día a día”, concluyó.
Fuente: La Nación