Entregaron los premios nacionales L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”

La bióloga Haydee Ana María Viola, quien investigará los efectos de la pandemia sobre la ansiedad, depresión, creatividad y memoria, y la química Ana Sol Peinetti, que trabaja sobre un test rápido que permita la detección de variantes de coronavirus, recibieron este martes el premio nacional L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia” en las categorías Premio y Beca respectivamente.

El premio nacional, que se lleva a cabo desde hace 15 años en colaboración con el Conicet, reconoció hasta hoy a 46 científicas (incluidas las ganadoras de la edición actual) de diferentes provincias y ciudades del país.

“En el plano personal, este premio significa el reconocimiento por la dedicación y entrega al estudio en el área de las neurociencias“, dijo a Télam Viola, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias “Dr. Eduardo De Robertis” (IBCN – Conicet).

Viola contó que dedicó las últimas tres décadas “a generar conocimiento y a formar recursos humanos. Ambas tareas me han dado alta satisfacción y las considero fundamentales para el desarrollo de una nación preparada para desafíos superadores”.

“En el plano social el premio representa una llamada de atención que busca poner a las mujeres como protagonistas, para concientizar y aspirar a que en un futuro cercano el género no sea un factor de desigualdad”, aseguró.

La bióloga, que realizó un extenso trabajo de investigación en las neurociencias, específicamente sobre ansiolíticos y benzodiazepinas, recibió este galardón -que además del reconocimiento implica un incentivo de un millón de pesos-, para el desarrollo de la investigación sobre “El impacto de la COVID-19 en la Argentina sobre la ansiedad, depresión, creatividad y memoria”.

“El impacto en los estados de ansiedad y depresión y en las funciones cerebrales de creatividad y memoria pueden variar dependiendo del género, edad, actividad física, aislamiento social, condición laboral, vacunación o haber padecido la enfermedad, entre otros factores”, sostuvo la investigadora.

La investigación utilizará dispositivos móviles y plataformas online a partir de las cuales realizarán encuestas en diferentes localidades del país con distinta prevalencia de Covid-19 y continuarán durante la pandemia para evaluar los efectos a largo plazo.

“Esperamos identificar los estados mentales y las funciones cognitivas más afectadas y determinar las variables o sectores que representen mayor vulnerabilidad. Esta información será de utilidad para el diseño de políticas públicas que contemplen medidas de protección para la salud física y mental”, indicó a Télam.

Por su parte, la física Sol Peinetti -investigadora en el Instituto de Química, Física de los materiales, Medioambiente y Energía (Inquimae-Conicet) en la ciudad de La Plata, ganó en la categoría Beca, lo que representa un monto de 700.700 pesos.

Peinetti destinará los fondos a continuar con el trabajo para el desarrollo “de un método de detección de variantes de preocupación de coronavirus (como la Delta) con un ensayo rápido de antígenos”.

“Buscamos desarrollar moléculas de ADN muy específicas (llamadas aptámeros) que sean capaces de diferenciar una variante de otra y luego acoplarlas con un test rápido de antígeno de producción nacional para tener resultados en el momento. Lo interesante es que estos aptámeros pueden obtenerse en tiempos cortos, de manera que el test puede ir adaptándose rápidamente a nuevas variantes que puedan aparecer”, describió.

Contar con un test de esta características es clave en las nuevas etapas de la pandemia.

“Mientras el SARS-CoV-2 siga cambiando, como lo hacen todos los virus, van a seguir apareciendo nuevas variantes que pueden generar que el virus se propague más fácil, cause una enfermedad más severa y/o pueda escapar al sistema inmune. Entonces vamos a necesitar herramientas que nos permitan identificar aquellas que son más peligrosas y que nos digan qué variantes están circulando en la comunidad para poder desarrollar políticas públicas a tiempo”, sostuvo en diálogo con Télam.

Si bien el 54% de las personas que desarrollan investigación en Argentina son mujeres en promedio, en las ciencias exactas y naturales del campo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) apenas alcanza el 41,7%.

Además, aunque las mujeres recibieron el 60% de las becas financiadas en 2018 (e incluso el 50% en campos de menor representación femenina como las ciencias exactas y naturales), según datos de CVar/Sicytar las investigadoras que dirigen proyectos científicos reciben un 25% menos recursos que sus colegas varones, y publican menos artículos en revistas de calidad y visibilidad nacional e internacional.

En el caso del Conicet, las mujeres son mayoría en los niveles iniciales y van reduciendo su participación a medida que la categoría es superior: representan el 61% de los investigadores asistentes, pero el 23% de los investigadores superiores.

“Podríamos discutir las causas de este hecho; una de ellas es que sobre las mujeres recae la mayor parte de las responsabilidades de cuidado familiar y de la casa. Eso hace que se invierta mucha energía y horas en esas actividades y seamos menos productivas en el trabajo”, sostuvo Viola.

Y añadió que “esta situación está cambiando en la sociedad; la participación de los varones en tareas domésticas está aumentando, pero aún es notoria la diferencia”.

Por su parte, Peinetti analizó que “los desafíos vienen desde la niñez: una educación más igualitaria donde se le muestre a las niñas modelos de mujeres en STEM y no sólo actividades relacionadas principalmente con el cuidado creo que es el inicio”.

“Yo tuve el privilegio de que mi mamá trabajaba en investigación y siempre me incentivó a seguir mi vocación en ciencia, pero no todas tenemos ese privilegio. Desde chicas la ciencia parece que es sólo para pocas y para que la ciencia sea para todes necesitamos que esa diversidad esté representada”, sostuvo la química.

El premio nacional

El mismo es parte del programa “Por las Mujeres en la Ciencia” que L’Oréal y Unesco impulsan desde hace 23 años y que ya distinguió a 3.400 investigadoras de 110 países, entre ellas a cinco premios Nobel: Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna (ganadoras de este año), Christiane Nüsslein Volhard (1995), Ada Yonath (2009) y Elizabeth Blackburn (2009).

En Argentina nueve científicas fueron reconocidas con el premio internacional “L’Oréal-Unesco “Por las Mujeres en la Ciencia”: Alicia Dickenstein, quien ganó este año convirtiéndose en la primera matemática del país en recibir este galardón; Karen Hallberg y Maria Molina (2019), Amy Austin (2018), Julia Etulain (2017),

Andrea Gamarnik (2016), Cecilia Bouzat (2014), Belén Elgoyhen (2009), y Mariana Weissman (2003).

Este año recibieron además menciones en la categoría beca Guadalupe Peralta, por su trabajo sobre la diversidad de plantas y polinizadores del desierto del Monte, y María Rocío Meini, por su investigación en la revalorización de desechos agroindustriales mediante procesos de bajo impacto ambiental para obtener compuestos bioactivos.

Fuente: Telam

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