La Red, que integran 40 organizaciones, asiste a las madres violentadas y también a sus hijos e hijas, como parte del trabajo para romper el círculo de violencia en el que vive el grupo familiar. Los acompaña a superar el trauma, las dificultades de aprendizaje y de sociabilidad y les enseña a no naturalizar el vivir en esos entornos.
Niños, niñas y adolescentes testigos y víctimas de violentos que maltrataban a sus madres reciben contención psicológica y psicopedagógica desde la Red Provincial por Mujeres Libres de Violencia, que los acompaña a superar el trauma, las dificultades de aprendizaje y de sociabilidad, y que les enseña a no naturalizar el vivir en esos entornos.
“La idea de trabajar con los niños surgió cuando iban llegando a la Red madres violentadas y al incluir en las terapias de acompañamiento a su entorno familiar pudimos observar a sus hijos e hijas y vimos las dificultades de aprendizaje y vinculación que tenían”, explicó a Télam Belén Cruz, psicopedagoga clínica de la Red Provincial por de Mujeres Libres de Violencia.
La Red, que integran 40 organizaciones, más de 100 referentes territoriales con presencia en más de 50 distritos de la provincia de Buenos Aires, asiste a las madres violentadas y también a sus hijos e hijas, como parte del trabajo para romper el círculo de violencia en el que vive el grupo familiar, y las mujeres puedan empoderarse y construir un proyecto de vida nuevo.
La profesional destacó que la contención “es una herramienta más de apoyo, es un trabajo específico e interdisciplinario”.
“Lo que vemos en los hijos e hijas de estas madres violentadas es que la violencia forma parte de su desarrollo personal y emocional, es algo aprendido en los primeros años de vida y esto hace que sea naturalizado”, precisó.
Graficó que estos niños, niñas y adolescentes “aprenden que amar es recibir golpes, torturas y agresiones y es probable que si uno aprende eso su forma de vincularse con otros sea esa”.
“Pero que alguien crezca en un círculo violento no lo condiciona a ser adulto violento si se hacen intervenciones tempranas para desnaturalizar esa forma de vinculación, por eso abrimos las puertas de nuestro espacio para traer consciencia sobre los niños que crecen en ámbitos violentos”, explicó.
La psicopedagoga contó que “se sabe poco sobre las consecuencias en el momento de la adquisición del aprendizaje en círculos violentos pero vemos afectación en su lectoescritura y en su vinculación social”.
“El niño violentado aprendió que la forma de vincularse es gritando, rompiendo, con poca apertura del diálogo y la reflexión. Aprenden que la violencia es un modelo válido para resolver los problemas y pueden reproducirlo”, analizó.
Si bien la intervención es con niñeces “se invita a las mamás que participen activa y concientemente”, destacó la dirigente social.
“Hay una realidad que no es externa, a veces una mujer que sufre violencia de género no puede ver lo que sucede en su entorno, en su familia y el daño que eso genera. Aclaro que ´no puede´, no es que no quiera. Entonces hacemos un trabajo interdisciplinario en conjunto: terapia para la madre y acompañamiento para el niño”, puntualizó.
El equipo interdisciplinario trabaja en la sede de la Red, en la diagonal 79 N°1042 entre 55 y 5 de la ciudad de La Plata, donde atienden con turnos previamente organizados y “también solemos armar equipos para ir a lugares en situación de vulnerabilidad”, puntualizó.
Quienes se encuentren en situación de violencia pueden contactar con la Red a través de su página web, en su perfil de Instagram: https://www.instagram.com/redmujereslibresdeviolencias/ o al teléfono 11 3056-4868.
Fuente: Telam