A l menos 11 veces, en los 56 minutos que duró el discurso de apertura de las sesiones legislativas porteñas de este año, Horacio Rodríguez Larreta mencionó la palabra “transformación”. Convertido en un eslogan de Gobierno, volcado en carteles del tipo “la transformación no para”, el término se ajusta al cambio que tuvo la ciudad en los últimos 16 años de gestión del Pro, entre los gobiernos de Mauricio Macri y del ya lanzado como precandidato 2023.
Nostálgico, en clave presidencial, Rodríguez Larreta utilizó casi todo el discurso para realizar un balance de sus dos períodos al frente de la Ciudad. “Este es mi UPD [último primer día], como dicen los chicos. Mi último año en la gestión de la ciudad. Un momento muy emotivo para mí porque en estos años le mejoramos la vida a la gente”, soltó minutos antes de las 9 en el recinto de la Legislatura.
En las 22 carillas donde tenía escrito el mensaje abundaban las obras realizadas en estos años. Aunque no hubo mucho espacio para anuncios de grandes proyectos entre líneas quedaron expuestas algunas cuentas pendientes que tendrá que asumir su sucesor a partir de diciembre. Algunas son deudas de la ciudad, otras, planes en marcha que no culminarán con Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno.
“Tenemos muchas obras en proceso como el Parque de la Innovación, un polo tecnológico y educativo dentro de un gran parque verde público. O BA Costa, para recuperar la costanera y el acceso al río”, dijo el jefe de Gobierno cuando tocó el segmento de su discurso dedicado a la transformación urbana y la infraestructura de la ciudad. “En el largo plazo dejamos planificadas muchas grandes obras, como el viaducto del Ferrocarril Sarmiento, entre Liniers y Caballito, o el nuevo edificio para el Ministerio de Economía y Finanzas en la excárcel de Caseros”, amplió.
Los dos primeros grandes proyectos son los más avanzados y están en extremos opuestos con los restantes que están frenados o ni siquiera comenzaron.
La construcción del Parque de la Innovación avanza a paso firme con la subasta de las 32 parcelas en las que se dividieron las tierras donde funcionó desde 1891 la sede del Tiro Federal, cuyas instalaciones se mudaron a un nuevo edificio construido en tierras ganadas al río. La Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la Universidad Torcuato Di Tella, el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y otras entidades educativas aseguraron su espacio en el predio que ya cuenta con apertura de calles (Bavio y Richieri), tendido de servicios públicos y otras mejoras de acuerdo al plan de obra.
También se instalarán allí empresas de seguros, constructoras y de inversiones privadas. Cuando el Parque de la Innovación esté operativo la actividad económica que se podría generar allí, estiman en la Ciudad, será cercana a los 1000 millones de dólares anuales. Al menos 18.000 estudiantes universitarios podrían cursar de manera regular en el predio.
El proyecto BA Costa tiene un grado menor de avance, pero se está ejecutando de acuerdo a los tiempos establecidos y ligados a los contratos de concesión que están finalizando en el predio de Costa Salguero, el mojón principal del plan de recuperación de la costa del Río de la Plata.
La planificación a la que hizo referencia Rodríguez Larreta incluyó BA Costa considerado una de las transformaciones urbanas más importantes de los últimos años, tras dejar atrás obras como el Paseo del Bajo, los viaductos o la urbanización de los barrios vulnerables. La idea de ir hacia una ciudad que ya no le de la espalda al río y con mayor superficie verde es la base de la recuperación de 25 kilómetros de franja costera, desde la General Paz hasta el Riachuelo, con proyectos diversos.
La creación de una playa permanente con una capacidad para 6000 personas, frente al Aeroparque Metropolitano, una plaza Memorial en homenaje a las víctimas de la AMIA (ya en construcción), el Parque del Vega, el parque del Golf y parque Salguero (donde funcionaba un driving), y la construcción de edificios con una mixtura de usos, comerciales y residenciales, son los principales hitos de la transformación en esa zona de la ciudad.
Proyectos postergados
El sucesor de Rodríguez Larreta deberá desempolvar el proyecto para relocalizar el Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño en la cárcel de Caseros. En 2019, cuando debían comenzar los trabajos para recuperar la parte del edificio que no cuenta con protección patrimonial, se preveía que la nueva sede estaría lista en el tercer trimestre de 2021, pero eso nunca ocurrió y la obra está detenida.
Parte del plan consistía en demoler un sector del edificio y conservar el anillo perimetral para refuncionalizar el predio y mudar el ministerio. Estaba previsto recuperar la fachada con las cuatro torretas que ocupan cada una de las esquinas y construir un edificio de siete plantas de oficinas y dos subsuelos, preparado para albergar a 4700 personas. La obra incluía la apertura de la calle Rondeau, entre Pichincha y Pasco. El predio ya recibió la nueva sede del Archivo General de la Nación, con un espacio de 10.000 metros cuadrados.
El mismo destino incierto tiene el soterramiento del Sarmiento con la excavadora detenida desde 2019 después de realizar un túnel entre Haedo y Villa Luro, de 7200 metros, y a 6000 metros de llegar a Caballito, el tramo que contemplaba la primera etapa de la obra que permitía eliminar los paso a nivel dentro de la ciudad de Buenos Aires.
La historia errante del soterramiento del Sarmiento comenzó en 2008 con la primera adjudicación de la obra y luego de 15 años, después de una inversión millonaria, la culminación de esa obra parece ser una utopía. Dentro del Gobierno de la Nación, quien debe ejecutar la obra, se preguntan hoy si vale la pena o no seguir con el proyecto o reformularlo con viaductos o puentes en altura. La pregunta que se hacen es: ¿qué utilidad se le dará al túnel ya construido?
Así, ausente de grandes anuncios, el mensaje de Rodríguez Larreta estableció cuáles serían los principales desafíos de la siguiente administración a partir de diciembre próximo. También dejó sentado que la ciudad deberá seguir avanzando en las políticas de bienestar integral de sus habitantes, la seguridad, la educación, la salud y la modernización digital. Pero, principalmente, en la finalización de las grandes obras que dejan la vara alta. Y la reactivación de otras que siguen esperando.
Fuente: La Nacion