Científicos argentinos radicados en el exterior e investigadores extranjeros que colaboran con investigaciones impulsadas por Argentina fueron reconocidos este jueves con los premios Raíces y Leloir por sus aportes al Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
En esta edición, fueron condecorados por los premios Raíces la ingeniera química Silvia Irusta Alderete; el biólogo Francisco Quintana; la física María Verónica Ganduglia-Pirovano; y la politóloga María Victoria Murillo.
En tanto, recibieron los premios Leloir el químico español José María Asua; el inmunólogo alemán Tim Sparwasser; el ingeniero español Clément Sánchez; y el geógrafo francés Sébastien Velut.
Además, se entregó una mención especial para la ingeniera agrónoma Águeda Menvielle, quien fue condecorada con ambos premios por ser precursora y promotora del Programa Raíces desde 2003 y por su desempeño como Directora Nacional de Relaciones Internacionales del Ministerio de Ciencia entre 1998 y 2016.
Los Premios Raíces están destinados a científicos, investigadores y tecnólogos argentinos que residen en el exterior y colaboran activamente con el fortalecimiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sncti).
En tanto, los Premios Leloir están destinados a científicos, investigadores y tecnólogos extranjeros que trabajaron en el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas de nuestro país.
En diálogo con Télam, la ingeniera agrónoma Águeda Menvielle, afirmó que “el programa Raíces es fundamental para la cooperación científica de Argentina con el exterior porque hay unos 4.5000 investigadores argentinos fuera del país que son nuestros embajadores de primera línea ubicados en los centros de investigación más importantes del mundo”.
“Estos investigadores, radicados en el exterior desde hace varios años y en muchos casos con familias constituidas, nunca dejan de pensar en la Argentina y permanentemente buscan construir líneas de acción bilaterales o la formación de grupos de investigación; constituyen una red de un valor incalculable de manera gratuita para impulsar nuestro desarrollo científico”, añadió.
“En casi 20 años que me desempeñé cómo Directora Nacional de Relaciones Internacionales del Ministerio de Ciencia cada vez que visitaba un país me encontraba con numerosos científicos queriendo generar vinculaciones con centros de investigación en Argentina, gestionar donaciones de equipamiento y todo tipo de acciones que hicieron exitoso al programa Raíces y por eso este se terminó consolidando a través de una ley que sea una política de estado que ningún gobierno pueda dar de baja”, completó Menvielle.
El químico español José María Asua, uno de los extranjeros distinguidos con el premio Leloir, dijo a Télam que “más allá de nuestras investigaciones sobre polímeros, creo que este es un reconocimiento a las muchas relaciones con investigadores argentinos que hemos construido a lo largo de muchos años”.
“Tuve mucha suerte de trabajar con impresionantes investigadores argentinos, una relación que empezó un poco por casualidad a partir de intereses comunes, pero en la que vimos un trabajo en conjunto sinérgico que nos daba más opciones; así se forjó una relación que ya tiene 30 años y que al día de hoy tiene a siete científicos argentinos que se renuevan cada año en nuestro centro de investigación. No sé si los argentinos son conscientes de la calidad de sus científicos; todos tendemos a creer que lo mejor viene de afuera, pero deberían prestarles más atención a sus investigadores”, finalizó.
La física María Verónica Ganduglia-Pirovano, distinguida con el premio Raíces, dijo a Télam: “mi formación comenzó en el Instituto Balseiro de Bariloche, de ahí fui al Instituto Max Plank en Alemania, después a Estados Unidos, regreso a Alemania, y desde hace diez años soy investigadora del equivalente español del Conicet en el modelado por computadora de diversos materiales pensando en reacciones catalíticas que son cuestiones aplicables a problemas como el de los gases de efecto invernadero”.
“Desde que me fui del país siempre busque construir interacciones con instituciones argentinas en cada lugar en el que me tocó dedicarme a la investigación, lo hacía porque sabía de la excelencia de nuestros investigadores y porque era algo que me permitía visitar regularmente Argentina para establecer nuevas articulaciones”, recordó.
El ministro de Ciencia, Daniel Filmus, que encabezó la ceremonia en el Centro Cultural de la Ciencia del barrio porteño de Palermo, dijo a Télam que “el programa Raíces es una herramienta que le permite a la Argentina recuperar a científicos que se habían ido del país y establecer redes entre aquellos que ya están radicados en el exterior para apoyar las investigaciones que son del interés nacional”.
“En cada país con una cantidad de investigadores argentinos arraigados se constituye una red del programa Raíces que define las prioridades para el apoyo a cada una de las grandes áreas de investigación; y para aquellos investigadores que deseen regresar es el Estado Argentino el que se hace cargo de todos los gastos que eso implique para él y su familia además de colocarlo en un puesto de trabajo en una universidad con los elementos que necesite”, indicó.
En ese sentido apuntó que “este año estamos anunciando el programa Raíces Federal, para que aquellos científicos que deseen regresar puedan radicarse en su provincia de origen y no suceda como hasta hace poco tiempo que el 80 por ciento de la investigación científica se concentraba en el Área Metropolitana de Buenos Aires”.
El ministro ponderó que “más del 60 por ciento de la investigación científica que se desarrolla en Argentina tiene lugar en las universidades, por eso hacen falta más universidades, porque son las que se ocupan de que el trabajo científico responda a las necesidades de los territorios; no podemos darnos el lujo de esperar que centros de investigación del hemisferio norte se ocupen de la fiebre hemorrágica o el dengue y para esto también es este programa”.
Al respecto, ejemplificó: “hace poco inauguramos en la localidad jujeña de Palpalá el único centro de investigación de América Latina que estudia técnicas no evaporíticas de extracción de litio; esa es una actividad muy demandante de agua y termina compitiendo por ese recurso con la agricultura por lo que buscar alternativas se hace imperativo, y para eso pudimos construir un centro de investigación de excelencia alrededor de una investigadora de Buenos Aires que decidió regresar de Bélgica para instalarse en Palpalá a trabajar sobre este desafío”.
Al cierre del evento, la Coordinadora Científica del Programa RAICES, Carolina Mera, señaló: “Este premio reconoce a las y los científicos argentinos que siguen vinculados al país y dedican parte de su energía cotidiana a desarrollar experiencias de cooperación. Visibilizan y promueven a quienes apuestan a la cooperación con la comunidad académica y científica de nuestro país. En este sentido, las redes de científicos en el exterior -hoy tenemos 22- complementan ese primer objetivo planteado en 2003: el de la repatriación. Pronto habremos repatriado 1.500 científicas y científicos y seguiremos promoviendo esta línea de trabajo, porque sabemos que aportan mucho más de lo que producen en el laboratorio. Aportan al sistema universitario, al desarrollo de la cultura local y al fortalecimiento de la cultura democrática”.
Fuente: Telam