La historia de Tere, una de las 340 mujeres que trabajan en el gasoducto Néstor Kirchner: “Casi bajo los brazos, pero lo logré”

El viento intenso y constante es la banda sonora con la que convive Tere y más de 400 obrerxs en el renglón número 4 del Gasoducto Nestor Kirchner ubicado en la provincia de Neuquén. Hace seis meses vive en una de las plantas de la obra que cuenta con una extensión 473 kilómetros, desde la localidad de Tratayén (Neuquén) hasta Salliqueló (Buenos Aires), y abarca 4 provincias.

Tere está parando en “El Chañar”, un pueblo de ocho mil personas, a 45 km de la Capital Provincial a la vera del río Neuquén. La geografía que hoy habita es muy diferente a la región de Cuyo que la vio crecer. Sin embargo, no le preocupa la distancia con su familia, ni la diferencia de clima. Está feliz y orgullosa de formar parte de semejante obra. Su trabajo es de prevencionista y es la primera vez que tiene a cargo a más de 200 personas. “Es un desafío profesional y personal que me encantó, cada 25 días vuelvo a Mendoza para estar con mi familia por 5 días. Pero ya me conocen, mi trabajo es así”, contó en diálogo con El Destape.

Con 39 años, tardó más de 10 en conseguir empleo en su rubro. Previamente trabajó de empleada doméstica y luego, tuvo empleos que la obligaron a estar fuera del hogar en períodos largos, pero en empresas más pequeñas y con otras responsabilidades. “Al principio era muy frustrante, no me tomaban en ningún lado, estuve a punto de abandonar”, aseguró a este medio.

Hace siete años que ejerce y las primeras veces tenía mucho prejuicio por cómo iba a ser tratada: debía coordinar grupos de varones y temía no ser escuchada o respetada. Las veces que le pasó pudo hacerse escuchar. Como eran proyectos con poca gente, la tarea era sencilla. Esta vez, se encontró con una obra que son más de 200 personas a las que tiene que coordinar. “Me dio miedo, pense no me van a escuchar, pero acá por ahora siempre primó el buen trato, el respeto al estar tanto fuera de nuestras casas armamos familia”, admitió.

La discriminación por ser mujer fue una traba en el inicio, ya que se trata de una tarea masculinizada en un sector que continúa reproduciendo prácticas y lógicas machistas. Hace muy pocos años las empresas empezaron a incorporar perfiles de mujeres en ese sector y la obra del Gasoducto tuvo un fuerte impacto en la generación de empleo. La mayoría de los rubros que se requirieron son tareas que en gran medida realizan varones. Sin embargo, hubo una fuerte incidencia y participación de mujeres en las distintas localidades.

Un informe realizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA indica que la obra principal que se abarcó en tres frentes simultáneos a lo largo de la traza tuvo un fuerte impacto en la generación de puestos de trabajo: alcanzó los 5.500 directos y unos 40.000 si se consideran los indirectos. Además predominan los varones en un 93,1% frente a un grupo comparativamente reducido de mujeres, unas 340 (6,9%) del total. A pesar de conformar un porcentaje minoritario, la presencia de ellas es muy relevante. No es recurrente esta tasa de participación en obras de gran infraestructura.

Según el documento que se realizó en conjunto con la Energía Argentina S.A, se trató de una política activa de reclutamiento de mano de obra femenina. Además, el 80% no supera los 40 años y para muchas es su primer trabajo.Tere confirma ese dato, visible en las estadísticas, en su trayectoria: conseguir un trabajo en una obra semejante era casi un sueño. 

Tere es una de las 245 obreras, repartidas en los 4 renglones que componen la mega obra. Los demás roles incluyen personal administrativo, maestranza, enfermeras, cocineras, entre otros. En su zona son 7 y ya son amigas, además de compañeras de trabajo. “Tenemos mucha complicidad, nos conocemos todas y algunas compartimos departamento. Por las tardes nos gusta salir a caminar y conversar por la ciclovía de El Chañar, es un pueblo muy chiquito y muy tranquilo”, contó a este medio. También remarcó que le parece muy importante que empresas estatales y privadas empiecen a contratar mujeres como parte de una política concreta: “Nosotras estamos, conocemos, estudiamos, podemos trabajar en la obra, hay compañeras banderilleras, apuntadoras, un tiempo hubo una que manejó una grúa”.

¿Qué es ser prevencionista? 

Tere se ocupa de la seguridad de la obra en la Planta. Ser prevencionista es estar pendiente de todas las personas que trabajan en la obra, evitar que haya accidentes y riesgos y verificar que se usen los elementos de protección personal de forma adecuada. Todos los días recorre la obra, tramo por tramo, verifica que esté todo en su lugar: casco, gafas, guantes, mamelucos. Su trabajo consiste en observar atentamente, escuchar y dar indicaciones. También en brindar charlas de seguridad todas las mañanas a sus compañeros, y luego dar comienzo a la jornada.

Orgullo es la palabra que elige para describir el trabajo que lleva adelante. “Estoy aprendiendo muchísimo, es una satisfacción enorme que me hayan dado esta oportunidad porque sé que esto me va a abrir muchas puertas el día de mañana”, reconoció.

Un día trabajando en el gasoducto

Tere se levanta 5 am, la pasa a buscar la combi, tienen entre 45 y 50 minutos hacia la planta. Llegan y comienza la charla con lxs trabajadores. Se coordinan las tareas del día y recorre todo el tramo del gasoducto con los supervisores para que no se superpongan las tareas, atenta para evitar que suceda algún accidente. Recién a las 10 toma un mate o café, a veces come algún bizcocho o una fruta.

“Diez y cuarto volvemos a la planta,  me toca corroborar si hay tareas críticas y una vez que se termina la tarea crítica, vuelvo a recorrer toda la planta, estoy todo el día yendo de acá para allá, prestando mucha atención. A las 18 ya nos preparamos para irnos a la casa”, detalló.  Se suben nuevamente a la combi, ya con el deseo de una buena cena. A veces cocinan, otras reciben una vianda. El cuerpo siempre estopa muy cansado así que se duerme temprano, a eso de las 22.30, para poder arrancar de nuevo al día siguiente.

Sonríe cuando habla de su experiencia y de tener la posibilidad de ser parte de una obra de tal magnitud, resalta que no lo esperaba, no lo veía posible, y le habla a otras mujeres que no se animan por ser un ámbito machista. “Si hay compañeras que no se animan a ejercer ojalá me lean y se animen, no por trabajar con varones significa que la vamos a pasar mal. Cuesta encontrar la oportunidad, pero existen”, reconoció. 

Finalmente, destacó como algo histórico lo que está pasando, sobre todo en ámbitos de trabajo como la construcción, con la incorporación de mujeres a sus equipos de trabajo: “Podemos incursionar en todas las áreas de trabajo. Yo casi bajo los brazos, pero lo logré”.  

Fuente: El Destape


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