Sergio Massa consiguió un triunfo sorprendente al llegar al 36,6% de los votos contra el 30% de Javier Milei, sumando casi tres millones de apoyos respecto a la cosecha de Unión por la Patria en las PASO de las elecciones 2023. Sereno y emocionado, Massa giró su discurso en el búnker ganador en la idea de iniciar un gobierno de unidad nacional a partir del 10 de diciembre y convocó apoyarlo a los votantes de Myriam Bregman, de Juan Schiaretti, a los radicales y a los que eligieron “otras opciones”. “La grieta se murió, empieza una nueva etapa”, proclamó, marcando una contradicción fundamental con los mensajes de Milei y Bullrich, similares en un eje antikirchnerista que pareció atrasar. “Frente al odio, amor por la Argentina”, pidió Massa a la militancia congregada en Chacarita, envuelto en una bandera celeste y blanca.
Algo habían detectado las encuestas realizadas en la última semana, cuando ya existía veda de publicación. Veían un fortalecimiento de Unión por la Patria en los lugares donde suele elegirse al peronismo, especialmente en municipios populosos del Conurbano como La Matanza o Lomas de Zamora, con porcentajes que finalmente rondaron el 50%. Una noticia que acompañó a la espectacular remontada de Massa fue el impactante triunfo de Axel Kicillof como gobernador en la provincia de Buenos Aires con el 45% de los votos, sacándole casi 20 puntos de distancia a sus seguidores. Eso incluía la recuperación de varias intendencias en manos de la oposición como Lanús, Bahía Blanca y Olavarría. En La Plata, Julio Alak se imponía al macrista Julio Garro por menos de mil votos.
Ya habrá estudios para indagar sobre los motivos de la escalada de Massa en medio de circunstancias económicas tan complicadas. “Muchos de los que me votaron son los que más están sufriendo”, reconoció el ministro de Economía. Pero claramente jugó un factor muy fuerte la campaña que llevó adelante Milei, con ideas como la justificación de lo actuado por la dictadura militar, los insultos al papa Francisco, la privatización de los ferrocarriles y de YPF con Vaca Muerta incluida. Alentó a la gente a deshacerse de sus pesos “excremento” y adelantó que volvería para atrás con muchas conquistas, como los avances en materia de género.
A eso se sumaron iniciativas disparatadas de sus candidatos que asustaron a sus potenciales votantes. El estancamiento de La Libertad Avanza fue uno de los datos importantes de la jornada: apenas sumó medio millón de votos pese a que hubo muchos más electores. La participación llegó al 77,6% del padrón contra el 70% de las PASO.
Massa pidió a la militancia tener “el doble de humildad” y poner la otra mejilla ante las agresiones. Su mensaje, en el que habló de “una Argentina en paz y en orden, con valores democráticos”, representó un drástico cambio de tono respecto a lo que se había escuchado minutos antes desde el búnker de Milei, quien a su vez prácticamente copió partes de lo expresado por Bullrich contra “el populismo” y “el kirchnerismo”. En línea con lo que fue el mensaje del último tramo de la campaña, el ministro de Economía dijo que será el presidente del trabajo y de la seguridad. Subió a su familia y a la de su compañero de fórmula Agustín Rossi. “Argentina es una gran familia”, deslizó, también para marcar diferencias con Milei. Lo mismo buscó cuando habló en el escenario montado sobre avenida Corrientes, donde reivindicó los derechos sobre las islas Malvinas y dijo que esperaba recibir como presidente al papa Francisco en 2024.
En la victoria de Massa se notó la incidencia de la estructura del justicialismo, posiblemente con la motivación extra que ofrecía la disputa de bancas de diputados y senadores nacionales. El peronismo recuperó ocho provincias en las que había perdido en las primarias de agosto y en otras, aún perdiendo, lo hizo por un porcentaje menor. Se impuso en provincias de administración radical como Corrientes o de fuerzas provinciales como Río Negro y consiguió remontar derrotas dolorosas de las primarias como las de Tucumán, La Rioja, La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego. La arenga a los gobernadores para que estén más atentos y movilizados tuvo resultado.
Milei demoró bastante en aparecer. Buscó dar una mística al resultado -lo calificó de “hecho histórico”- pero en el búnker no podían disimular la desilusión que había generado el propio Milei al prometer un triunfo en la primera vuelta. No sólo estuvo lejos y quedó relegado al segundo lugar, sino que repitieron el porcentaje de las primarias mostrando un techo para su mensaje de ultraderecha. En su estrategia para sumar adhesiones para el balotaje resolvió adoptar el discurso de Juntos por el Cambio en la exploración de la grieta con el kirchnerismo y “este gobierno de delincuentes”, como lo definió. Felicitó a Jorge Macri y a Rogelio Frigerio por sus triunfos en CABA y Entre Ríos y propuso un acercamiento concreto con la coalición opositora. “Estoy dispuesto a barajar y dar de nuevo con el objetivo de terminar con el kirchnerismo”, planteó.
Lejos quedó entonces aquella imputación a Bullrich de ser una montonera que había puesto bombas en jardines de infantes. “Si todos los que queremos un cambio no trabajamos juntos, se van a quedar con este país y con la ciudad de Buenos Aires”, explicó Milei. También quedarían archivadas sus críticas a la casta. De hecho, uno de los comentarios de la jornada fue el escaso resultado que obtuvo de su acercamiento con el gastronómico Luis Barrionuevo, que poca fiscalización de mesas le pudo garantizar. Su vice, Victoria Villarruel, se mostro dispuesta a sentarse a conversar con Bullrich. “Siempre muy cuidadosa respecto de la integración de Patricia como miembro de Montoneros”, aseguró.
Además del gran triunfo de Kicillof, el peronismo pudo festejar la reelección de Raúl Jalil como gobernador de Catamarca con el 54% de los votos. En cambio, en Entre Ríos, pese a que Massa ganó en el rubro presidente, Frigerio se quedó con la gobernación por un margen de apenas dos puntos contra el actual intendente de Paraná, Adán Bahl. En CABA, Jorge Macri estaba a décimas del triunfo en primera vuelta en la elección a jefe de gobierno porteño pese a la buena elección de Leandro Santoro, que obtuvo el 32,2%.
Fuente: El Destape