El Mercosur suma a Bolivia y negocia con la Unión Europea

En un momento en el que el Mercosur recibe más críticas que halagos, el bloque recibió una buena noticia: Bolivia se convertirá en miembro pleno del grupo.

El martes, el Senado de Brasil aprobó la admisión del país vecino y ahora se espera que la votación sobre la adhesión final concluya formalmente durante una cumbre regional el 7 de diciembre en Río de Janeiro.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, que actualmente ocupa la presidencia temporal de la alianza, dio la bienvenida a la expansión: “Gracias a los senadores por completar este proceso y felicitaciones al presidente Arce y a Bolivia por acompañarnos en el Mercosur”.

Por su parte, el presidente boliviano, Luis Arce, agradeció “los esfuerzos” del líder brasileño y su pueblo, y calificó el hecho de lograr la membresía como un “hito histórico” para su país frente a los desafíos globales.

“Los pueblos del sur apostamos por la integración para hacer frente a los desafíos que representa la crisis multidimensional que amenaza a la humanidad”, agregó. 

Para los senadores de Brasil, el ingreso de Bolivia impulsaría la integración regional y establecería nuevos mercados para las empresas brasileñas dadas sus relevantes reservas de gas natural, litio y otros minerales estratégicos.

Con un PIB de más de US$ 40.000 millones, además de gas natural, Bolivia se caracteriza por exportar oro, mineral del zinc, petróleo crudo y harina de soja.

La membresía plena de Bolivia se demoró ocho años, principalmente por las preocupaciones sobre la solidez de las instituciones democráticas del país. 

Pero ahora, Bolivia, que es miembro asociado, necesitará adaptarse al Mercosur y adoptar la nomenclatura común del bloque, el Arancel Externo Común y el Régimen de Origen. 

En este sentido, Bolivia debe aplicar el actual acuerdo normativo del Mercosur de forma gradual, en un plazo máximo de cuatro años a partir de la fecha de ingreso al bloque. 

Este es el primer ingreso de un país al bloque desde que Venezuela lo hizo en 2012, aunque en 2017 fue suspendido por sus violaciones a los derechos humanos.  

Más buenas noticias

La llegada de Bolivia al bloque se da en un momento en el que Lula busca concretar el famoso acuerdo de libre comercio con la Unión Europea para fines de este año.

Las perspectivas de concluir finalmente este acuerdo comercial ganaron impulso tras el triunfo de Javier Milei que, pese a ser muy crítico del Mercosur, es un gran defensor de los TLC.

Sin embargo, una de las grandes cuestiones es si el pobre historial de deforestación de Bolivia podría obstaculizar futuras conversaciones entre la UE y el Mercosur. 

Según Global Forest Watch, Bolivia fue uno de los peores infractores de la tala de bosques primarios el año pasado, solo detrás de Brasil y la República Democrática del Congo.

Cabe recordar que, tras firmar el acuerdo en 2019, la Unión Europea comenzó a poner trabas para ratificar el acuerdo por la deforestación de la Amazonía. 

Justamente, Milei tampoco es un gran defensor de la lucha contra el cambio climático, aunque la buena noticia es que, a diferencia de Brasil, Argentina no es considerado un país que hace mal los deberes en la materia.

Respecto al acuerdo, teniendo en cuenta que este jueves comienza la COP28, se confirmó que Lula se reunirá en Dubái con el presidente español, Pedro Sánchez, quien actualmente también lidera el Consejo Europeo.

Al igual que Lula, Sánchez es un defensor del acuerdo Mercosur-Unión Europea, aunque es consciente de que los tiempos apremian: en 2024, quien asumirá la presidencia del CE es Bélgica, uno de los países, junto a Francia, que estaría frenando la ratificación del acuerdo.

Para los miembros del Mercosur, estos países europeos, en donde existen grupos agricultores con gran poder de lobby, se oponen a competir con el grupo sudamericano, por lo que sus exigencias climáticas solo serían excusas. 

Por ello, hace algunos meses, intentado presionar a Bruselas, el presidente paraguayo, Santiago Peña, que asumirá el liderazgo del Mercosur en 2024, ha anticipado que, por la falta de interés europeo, abandonará el acuerdo si no se concreta antes de fin de año. 

Fuente: El Economista





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