La llamada Ley Bases obtuvo media sanción en la cámara de diputados. En ese sentido, una de las cuestiones que más llamó la atención es lo que podría pasar con muchas mujeres a la hora de jubilarse bajo este nuevo esquema legal que propone el gobierno de Javier Milei. En el contexto actual, donde el debate sobre la igualdad de género en el ámbito laboral y previsional está más vivo que nunca, la propuesta legislativa ha generado preocupación en distintos sectores de la sociedad.
La nueva Ley Bases, de ser aprobada en su totalidad, supondría una drástica transformación en el sistema de jubilaciones en Argentina, afectando significativamente a las mujeres. Bajo el nuevo régimen, se estima que solo una de cada once mujeres podrá jubilarse, un cambio provocado por la eliminación de la moratoria previsional, que hasta ahora ha sido un mecanismo vital para que muchas mujeres accedan a la jubilación.
Este cambio legislativo implicaría que, para jubilarse, tanto mujeres como hombres necesitarán haber completado 30 años de aportes. Actualmente, un considerable porcentaje de mujeres no alcanza este requisito debido a la intermitencia en sus carreras laborales, a menudo interrumpidas por la maternidad o el cuidado de familiares, lo que las coloca en una posición de desventaja considerable. También vale mencionar que muchos trabajos feminizados (por ejemplo, personal doméstico) mantienen altos niveles de informalidad, y esa responsabilidad debería recaer sobre el empleador y no sobre la empleada a la hora de acceder a una jubilación.
Sol Pietro, investigadora del Conicet y ex-Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género, destacó que el 85,4% de las mujeres que hoy están jubiladas lo lograron gracias a la moratoria previsional. Sin este recurso, la mayoría de ellas no cumpliría con los años de aporte necesarios, dejándolas sin una red de seguridad económica al llegar a la vejez.
¿Aumenta la edad jubilatoria para las mujeres?
La crítica no se detiene allí, ya que además el texto de la ley establece la posibilidad de aumentar la edad de jubilación de las mujeres de 60 a 65 años. Pietro recalca que esto no considera la carga desproporcionada de trabajo no remunerado que realizan las mujeres en comparación con los hombres. Este trabajo incluye, pero no se limita a, cuidado de niños, tareas del hogar y atención a adultos mayores, lo cual, argumenta Pietro, “representa casi el 17% del PIB”.
En palabras de Pietro, muchos desconocen la realidad de las mujeres que, además de sus empleos formales, dedican en promedio más de 10 horas diarias a tareas de cuidado. Este esfuerzo sostenido a lo largo de los años no se ve reflejado en sus aportes jubilatorios, lo que plantea un desafío significativo bajo el nuevo esquema propuesto por la Ley Bases.
Finalmente, la eliminación de la moratoria previsional y el establecimiento de una Prestación de Retiro Proporcional no parecen suficientes para compensar los años de desigualdad en los aportes. Esta situación podría llevar a un incremento en la pobreza entre las mujeres mayores, muchas de las cuales ya se enfrentan a condiciones económicas adversas.
Fuente: El Destape