El Gobierno nacional decidió meter un cambio inesperado: hasta el 31 de octubre no se cobrarán retenciones a los granos. La medida tiene una condición: dura hasta esa fecha o hasta que se declaren exportaciones por 7 mil millones de dólares, lo que ocurra primero.
La movida busca una sola cosa: que entren dólares ya. En los últimos días el Banco Central perdió más de 1.100 millones de reservas tratando de frenar la corrida, mientras el dólar oficial se disparó a $1.515 y los alternativos rozaron los $1.600.
Qué granos entran en la jugada
El beneficio abarca a:
- Soja
- Maíz
- Trigo
- Cebada
- Sorgo
- Girasol
Cómo cayó la noticia
El anuncio lo hizo el vocero presidencial, Manuel Adorni, con su estilo habitual en redes. Lo curioso: hasta el propio presidente de la Sociedad Rural Argentina (Nicolás Pino) se enteró al aire, en plena entrevista de radio. “Me acabo de enterar por ustedes”, tiró sorprendido.
Desde la industria cerealera, en cambio, lo aplaudieron: “Apoyamos toda medida que elimine las retenciones, aunque sea por un rato”, dijo Gustavo Idígoras, de CIARA-CEC.

En la misma línea, Carlos Castagnani, jefe de Confederaciones Rurales, destacó que es “un reclamo histórico” del campo, aunque advirtió que cada productor va a decidir si aprovecha o no la ventana para vender su stock.
Por qué ahora
El Gobierno ya había jugado antes con las retenciones: primero las bajó, después las subió de nuevo. Esta vez el contexto es más delicado: reservas en rojo, riesgo país por encima de los 1.500 puntos, acciones y bonos en caída y un mercado con olor a desconfianza.
En pocas palabras: Milei apuesta a que los productores liquiden granos y los exportadores aceleren ventas para sumar dólares frescos. No es una reforma estructural, pero sí un gesto fuerte en medio de la tormenta cambiaria.