Un nuevo cronograma electoral estaría diseñando el Consejo Nacional Electoral (CNE), para fijar las futuras presidenciales, cuya fecha preliminar sería el 31 de marzo, según publicó ayer el diario El Nacional. No hay declaraciones oficiales al respecto, pero el ambiente que se vive en Venezuela es el de una precampaña que encabeza el vicepresidente Nicolás Maduro a sus anchas, utilizando todos los recursos y medios públicos a su disposición, sin que nadie le dispute en la oposición.
La fecha de las nuevas presidenciales no ha sido confirmada oficialmente y sus autoridades esperan las instrucciones para adaptar su calendario. Sin embargo, El Nacional informó que “el cronograma tentativo fue discutido por todos los directores de línea de la junta electoral. Carlos Quintero, director de informática del CNE, fue el que lideró las reuniones”. Otra duda que se abate sobre el chavismo es si los comicios vendrían antes o después de un impostergable ajuste económico.
En el CNE se preparan para enfrentar la ausencia o inhabilitación física del presidente Hugo Chávez que se encuentra hospitalizado en Cuba desde el 9 de diciembre, convaleciendo de su cuarta operación del cáncer en la pelvis.
En pocos días se cumplirán dos meses desde que Chávez fue operado el pasado 11 de diciembre. Desde ese día nadie ha visto ni ha escuchado al mandatario a pesar de la profusión de cartas y firmas supuestamente de su puño y letra que ha mostrado Maduro para afirmar que está vivito y coleando. Los grafólogos, según el diario ABC de España, sostienen que las firmas de Chávez no reflejan los trazos de una persona gravemente enferma. Antes de operarse, Chávez designó a Maduro como su sucesor, que debe ser ratificado en elecciones.
En todas sus apariciones públicas como la del reciente 4 de febrero para celebrar el 21° aniversario del golpe que dirigió Chávez en 1992, Maduro encadena de manera obligatoria a radios y la TV para transmitir su mitin. Ayer también lo hizo en la Asamblea Nacional para los funerales del diputado Noel Rodríguez.
Maduro no le llega a los talones de Chávez en carisma ni mucho menos. Lo dice el diputado chavista Freddy Bernal. “En el chavismo no hay nadie que le dé la talla a Chávez”. El discurso de Maduro es una mala copia de Chávez. Intenta imitarlo como si fuera un sargento que no ha hecho servicio militar. El vicepresidente se cobija bajo la sombra de Chávez y su epopeya para mostrar que es un buen delfín de su revolución.
La fecha de la sucesión presidencial depende de la salud de Chávez, que para Maduro se está recuperando y podría volver en cualquier momento. Pero el tiempo pasa y una parte del partido Socialista Unido de Venezuela y toda la oposición tiene dudas de que Chávez vuelva, pero si lo hace será en condiciones que lo tengan que declarar inhabilitado para el cargo.
El artículo 233 de la Constitución dice que, cuando se produce la falta absoluta del Presidente durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección dentro de los 30 días consecutivos siguientes. El comicio debe ser convocado por el presidente de la Asamblea Nacional, cargo ocupado ahora por Diosdado Cabello, uno de los más hombres poderosos del chavismo.
El heredero de Chávez se encuentra ante una encrucijada: el adelanto de las presidenciales o hacerlo después de las medidas económicas impostergables como el ajuste cambiario o la devaluación de la moneda y la suba del precio de la nafta, que en 14 años se ha mantenido congelado ( llenar un tanque de 40 litros cuesta 1 dólar).
Ambas medidas son impopulares, al punto que el Banco Central dijo que ahora no hay condiciones para aplicarlas. La solución mágica fue la figura del oro no monetario para vender bonos e incrementar las reservas internacionales.
El CNE ya ha postergado tres veces los comicios municipales previstos para este año: el 13 de abril, el 25 de mayo y ahora el 14 de julio. El correr la arruga es su especialidad. En 30 días están en capacidad de organizar nuevas presidenciales. Solo falta la orden del comandante.
Fuente: Clarin