YPF encara el año con la certeza de que en 2012 subió un escalón y que eso implica mayores expectativas a la par de desafíos complicados para este año. El CEO de la empresa, Miguel Galuccio, informó ayer en una reunión informal con periodistas que los seis meses de su gestión dieron vuelta el declino en la producción y arrojaron una ganancia neta de $ 3902 millones, base desde la que partirá un aumento del 60% en la inversión para concretar un agresivo plan de exploración y producción. “Lograr cambiar la tendencia requirió de una tarea faraónica con un plan de choque que fue desde buscar las inversiones hasta aplicarlas en
el campo. Hoy el piso es firme y entramos a la etapa de crecimiento”, sostuvo Galuccio.
La gestión que comenzó luego de la renacionalización de la empresa cerró su primer período con un crecimiento en la producción de crudo del 2,2% contra la caída del 7,6% en 2011 y una baja en el gas de 2,3%, cifra que mejoró mucho el escenario de retroceso del 10,2% que mostró 2011. La producción total de hidrocarburos tuvo una variación negativa del 0,6% contra la baja del 8,3% que obtuvo la española Repsol el año anterior.
Con mayor producción se obtuvo mayor refinación de combustibles y se llegó a una utilización del 90% de la capacidad de las refinerías. Así, la reducción en los faltantes de combustibles fue de casi el 50% y las importaciones de naftas bajaron en un 54 por ciento.
Otro costado importante de la actividad de la empresa estuvo dado en el flujo de caja, que mostró un comportamiento positivo, con ingresos ordinarios de $ 67.174 millones, un 19,5% más que en 2011 con el empuje de mayores ventas, y una utilidad operativa de $ 7903 millones, un 9,9% arriba en la comparación interanual.
Las ganancias brutas antes de los gastos financieros fueron de $ 18.053 millones y la utilidad neta de $ 3902 millones, un 12,2% menor a la que se obtuvo en 2011. Galuccio explicó que el resultado neto fue perjudicado por lo ocurrido en empresas participadas y controladas, como MEGA y AESA, que arrojaron pérdidas de $ 1182 millones y para las que en la nueva etapa se buscará una refocalización.
Cuando la gestión estatal se puso al frente de la petrolera la caja era muy pequeña, situación que se revirtió con nuevos fondos que surgieron de las emisiones en el mercado de capitales local, medio con el que se obtuvieron cerca de $ 11.500 millones a la fecha (neto fue de cerca de $ 2800 millones tras pago de obligaciones). Así, las inversiones totales en bienes del año pasado llegaron a $ 16.485 millones, un 25,6% más que el año anterior. Galuccio aclaró que sólo se saldrá a buscar fondos al exterior si las condiciones son las correctas, si no se seguirá en la misma línea.
Para 2013, el foco está puesto en el combustible no convencional de Vaca Muerta. Los trabajos técnicos, que se desarrollan en el país y en Estados Unidos, muestran muy buenas posibilidades de cumpir las expectativas. Galuccio dijo que se busca acelerar los procesos y para eso se necesita mayor inversión en infraestructura. Ya se perforaron más de 60 pozos con objetivos de formaciones no convencionales y se empezó la actividad en un total de 130 pozos en Loma de la Lata Norte.
Con esta base, el trabajo de 2013 se encuentra parcialmente prefinanciado y prevé un aumento del 60% en la inversión, que estará en el orden de los U$S 5000 millones. En este punto, Galuccio advirtió que todo dependerá del control de los costos, que se puede estar en una situación de ajuste y ejecución del 80% del plan o incluso se puede llegar a una sobrejecución.
“El año 2013 va a ser de crecimiento duro, mayor costo significa dolor pero es con gusto. Vamos a prestarle especial atención a conseguir maquinaria y capacitar a quienes trabajan pero siempre dentro de los costos que tenemos pensados”, explicó el CEO de la compañía. Además, subrayó que el cumplimiento del plan de acción no está atado a lo que pueda ocurrir en una hipotética negociación con Repsol o en la llegada de Chevron y Bridas al proyecto, aunque las negociaciones con estas últimas están avanzadas y la expectativa es cumplir con creces el financiamiento por el costado del capital privado de empresas externas.
Fuente: Tiempo Argentino
