Se molestó por su participación en el nuevo frente del peronismo disidente, lanzado en Córdoba; el ex ministro había dicho que el armado opositor “debería incluir” al macrismo
“No sé, con él estamos conversando. Para que (el acuerdo) suceda todavía falta mucho.” La frase de Mauricio Macri a la nacion, ayer en la Feria del Libro, tuvo un destinatario concreto: el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, con quien Pro está negociando un acuerdo electoral y que anteayer en Córdoba se fotografió sonriente con parte del nuevo frente opositor de peronistas disidentes.
“No cayó bien [Lavagna en la foto]. No estaba dentro de las reglas del juego. La idea era mostrarnos juntos antes de lanzarse”, se quejó un alto dirigente de Pro, minutos antes de que Macri y la primera plana del macrismo colmaran la Sala Lugones de la Feria para la presentación del libro Estamos: una invitación abierta , que relata la historia del partido de Macri. “Fue una reunión de peronistas. La estrategia de Pro es distrital, en cada provincia el frente electoral puede ser diferente”, afirmó el ministro de Gobierno Emilio Monzó, encargado de las negociaciones con Lavagna.
Tal vez consciente de la molestia de Macri, Lavagna dijo en declaraciones radiales que cualquier frente opositor “obviamente incluye a Pro”. Desde el macrismo le contestaron con ironía: “Claro, nos dice eso después de sacarse la foto con peronistas y de decir que nunca sería candidato de Pro”, afirmaron desde la primera línea del gobierno porteño.
Durante la presentación del libro, el secretario de Gobierno, Marcos Peña, dio una pista del nuevo aire que parece estar surcando el macrismo. “Hay una enorme vocación por construir algo nuevo y revalorizar para la política a la gente con buenas intenciones”, afirmó Peña, junto a Macri y el filósofo Alejandro Rozitchner (coautor). “Ellos quieren reconstruir al peronismo, nosotros no vamos a ser un apéndice o aliado circunstancial de ellos, sino construir algo nuevo”, tradujo un macrista horas después. Tal vez para distender, el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba bromeaba en los pasillos de la Feria y afirmaba que “lo raro hubiera sido que Lavagna acordara con el Gobierno. Pero se juntó con otros peronistas”.
Divisiones concretas
El enojo con Lavagna esconde lo que, hoy por hoy, parecen dos bandos poco menos que irreconciliables. El peronismo disidente, que considera que Pro “va a tener que negociar” con el nucleamiento que hoy encabeza el cordobés José Manuel de la Sota. Y el macrismo, por su parte, que se resiste a quedar convertido en un aliado ocasional del PJ en Capital, bastión principal del macrismo, y ayudar a la construcción presidencial de otros candidatos.
Ayer, cerca de Macri afirmaban que el “desaire” de Lavagna “puede tener consecuencias” en lo que ya se vislumbraba como una ruptura a mediano plazo.
Mientras tanto, los protagonistas de la foto en Córdoba (De la Sota, el jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, y el diputado Francisco de Narváez) enviaron mensajes conciliadores y hablaron de sumar “nuevos referentes” al espacio en las próximas semanas. “La dirigencia opositora tiene que trabajar duro y decirle basta a esta situación tan grave que pasa en el país”, afirmó De la Sota en declaraciones radiales. De Narváez tampoco descartó un acuerdo bonaerense con el macrismo, pese a que desde Pro califican de “roto” el vínculo entre el diputado y Macri.
Desde el kirchnerismo, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, criticó con dureza la conformación de esa alianza porque, dijo, “atrasa 30 años” y busca “defender privilegios sectoriales”.
Fuente: La Nacion