El paro de trenes que anunció el gremio La Fraternidad al mediodía tomó por sorpresa a muchos de los usuarios de trenes que desde esa hora tuvieron que evaluar alternativas para volver a sus casas.
Tras la jornada laboral, las principales terminales se poblaron de pasajeros que hacían colas de hasta 200 metros para poder subirse a un colectivo. Como en Once y Retiro, en Constitución se reunió una muchedumbre. Allí, un grupo de personas protagonizó destrozos, que obligaron a la policía a reforzar la seguridad.
Pasadas las 19, docenas violentos, algunos con las caras tapadas, comenzaron a arrojar piedras contra las instalaciones de la terminal y también contra los colectivos que pasan por el lugar. Rompieron además parte del mobiliario urbano del lugar e iniciaron incendios en la calle Brasil.
Por los incidentes, los miles de personas que hacían cola dejaron la zona. Mientras, algunos patrulleros llegaban al lugar, aunque al cabo de 20 minutos de destrozos la Policía no había actuado para detenerlos.
Minutos antes de las 20, los manifestantes se replegaron en la plaza, pero cuando parecía que la situación comenzaba a calmarse volvieron a la carga con más piedras, nuevos incendios y la intención de saquear los comercios que están dentro de la estación.
Poco después, una brigada de la Infantería avanzó, apoyada por un camión hidrante, y tomó el control de la calle. Según mostraron los canales de noticias, se realizaron varias detenciones.
El gremio que dirige Omar Maturano decretó hoy la huelga con el argumento de que no se había abonado en tiempo y forma el aguinaldo. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, informó en tanto que ese pago se realizaría mañana y sugirió que la medida de fuerza respondía, en cambio, a la decisión oficial de instalar cámaras dentro de las cabinas de los conductores de trenes para monitorear su desempeño en caso de eventualidades en las que se requiera evaluar su accionar.
Fuente: Infobae