El candidato del oficialismo, Juan Orlando Hernández, y la esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya, Xiomara Castro, se proclamaron ganadores de la elección presidencial del domingo en Honduras, que está expectante a que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que apenas dio resultados preliminares, amplíe este lunes los datos.
“No estamos dando ganador, sino los resultados hasta este momento”, dijo el presidente del TSE, David Matamoros.
Hernández, abogado de 45 años, postulado por el gobernante Partido Nacional (PN), se proclamó ganador con 34,19% de los votos, escrutado el 58% de las mesas. “Voy a ser el próximo presidente de Honduras”, manifestó entre ovaciones de decenas de seguidores en un hotel de Tegucigalpa.
Xiomara Castro, por su parte, rechazó el resultado del TSE, que le asignaba sólo un 28,83 por ciento. Sus informes, dijo la aspirante, le dan un “triunfo contundente” a su partido, Libertad y Refundación (Libre).
“Voy a decirles que soy la presidenta de Honduras”, dijo Castro a periodistas, en compañía de Zelaya y sus colaboradores cercanos, en un hotel donde instaló su comando de campaña.
“Nosotros no aceptamos ese resultado”, dijo Zelaya a reporteros la madrugada del lunes. “Aquí vamos a poner los puntos sobre las íes, no nos pueden hacer esto, nos están robando la elección”.
El ex presidente, una influyente figura detrás de la candidatura de su esposa, dijo que el Tribunal Electoral no había contabilizado casi 400.000 votos por supuestas inconsistencias que tienen que ser revisadas. Y ese caudal, explicó, podría dar vuelta el resultado.
“Proclamo que no aceptamos los resultados del Tribunal Supremo Electoral”
“Proclamo que no aceptamos los resultados del Tribunal Supremo Electoral”, dijo Zelaya en conferencia de prensa, al tiempo que agregó: “Si es necesario, iremos a las calles a defender nuestros derechos, como siempre lo hemos hecho”
Sin embargo, los más de 800 observadores internacionales, entre los que se incluyen miembros designados por la Unión Europea y la embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiske, dijeron a la prensa local que el proceso electoral había sido transparente y que transcurrió sin irregularidades.
“En el conteo de las mesas, vimos un escrutinio que se hizo con regularidad”, dijo Kubiske a periodistas.
Honduras, el país sin guerra más violento del mundo, celebró estas elecciones con una sociedad polarizada y una fragilidad institucional heredadas del golpe que el 28 de junio de 2009 derrocó a Zelaya, luego de que su gobierno liberal girara a la izquierda.
“Hoy el pueblo hondureño votó por el fortalecimiento del sistema democrático en Honduras, votó por la paz, votó por la reconciliación, votó por dejar atrás la crisis de 2009, que ha sido la peor crisis de la historia de nuestro país”, dijo Hernández.
Nueve partidos participaron en estas elecciones, consideradas históricas ya que cuatro de ellos surgieron de la crisis política de 2009.
“Al igual que hace cuatro años, el pueblo hondureño ha vuelto a decir que es amante de la democracia, aunque no es perfecta, sobre todo en nuestro sistema”, dijo Hernández al referirse a la elección del presidente Porfirio Lobo tras el golpe de Estado.
Unos 5,4 millones de hondureños votaron para definir el sucesor de Lobo, así como 128 diputados y 298 alcaldes para los próximos cuatro años, en unos comicios, sin segunda vuelta, que tuvieron una participación récord de 61%, según anunció el TSE.
En el país más violento del mundo, Hernández promete “mano dura” contra el crimen organizado con una fuerza de 5.000 policías militares, mientras Castro propone tener a los soldados en las fronteras en la lucha antidrogas y enfrentar a las pandillas con una policía comunitaria.
La violencia del narcotráfico y las pandillas tienen al país con el triste récord mundial de homicidios, 85,5 por cada 100.000 habitantes, con 20 asesinatos a diario en promedio.
El futuro presidente también asumirá en un país, el segundo más pobre de América después de Haití, con un 71% de sus 8,5 millones de habitantes en la pobreza y una economía calamitosa, con un déficit fiscal del 6% y una deuda externa de 5.500 millones de dólares.
Fuente: Infobae