Muy lejos de la posibilidad de comprar al precio oficial por la prohibición de atesorar (y la asignación con cuentagotas del dólar turista) y con un blue que araña los $ 10, los argentinos que viajan al exterior potenciaron el consumo con los plásticos, al punto que sólo este año el stock de deuda en dólares con tarjeta más que se duplicó, al pasar de unos u$s 230 millones a fines del 2012 a u$s 557 millones, según el último dato disponible del BCRA.
La información toma mayor relieve al comprobar que esa cifra constituye todo un récord histórico si se toma la serie, que implica un giro de dólares por parte del BCRA de u$s 28 millones diarios, un aumento del 41% con respecto al promedio del mes precedente.
Mientras en el mercado se especula con un aumento del recargo a estos consumos y se plantea incluso la posibilidad de fijar cupos a la venezolana, entre las entidades financieras también empieza a percibirse la intención de estudiar medidas preventivas frente a este comportamiento. Por ejemplo en las últimas semanas, algunas entidades decidieron chequear sus sistemas informáticos internos para comprobar si están preparados para soportar un esquema con varios tipos de cambio y los criterios que se adoptarían para liquidar los contratos a futuro.
La explosión en el gasto con tarjeta se da por varias razones, principalmente porque la cotización sigue siendo atractiva si se compara con el nivel generalizado de precios y su incremento, señalaron en la city.
El salto ha traído algunas internas. No sólo por las distintas formas de atacar la sangría, ya que Moreno y Kicillof se muestran partidarios del desdobla miento, mientras que Marcó del Pont y Lorenzino estudiarían alguna salida alternativa. Enfrascados en una lógica perversa, del lado de Asociación de Agencias Argentinas de Viajes y Turismo que conduce Fabricio Di Giambattista, se mostraron preocupados por diferenciar lo que son gastos relacionados con el turismo, de aquellos que pertenecen a la órbita del consumo de oportunidad. Por eso mantuvieron distintas reuniones con los integrantes del equipo económico.
En rigor, y según números del BCRA, los operadores turísticos habrían ocasionado la salida de u$s 332 millones en el segundo trimestre del 2013, lo que representa un 12,8% del total de los egresos en divisas registradas a través del Mercado Único y Libre de Cambios. En tanto, los pasajes aéreos representaron el 19%, con u$s 493 millones si bien el grueso vino por el uso de tarjetas en el exterior, que representó el 64,2%, unos u$s 1.665 millones.
La última semana, el titular de la AFIP Ricardo Echegaray volvió a insistir con que la AFIP no agregará mayores recargos que el existente. En rigor, según fuentes de la AFIP, no se descarta levantar el 20% que se le suma a la cotización oficial del dólar y que puede deducirse del pago de Ganancias o Bienes Personales. Queda implícito que eso ocurrirá cuando sea compensado con alguna otra medida…
Los rumores que vienen ganando la escena cambiaria también impactaron en la cotidianeidad de los bancos. Especialmente, un eventual desdoblamiento cambiario llevó a las entidades a evaluar su software e intercambiar opiniones con sus pares por si el Banco Central (BCRA) tomara de un día para el otro la decisión de publicar tipos de cambio comerciales, financieros o turísticos.
La explosión del uso de la tarjeta para consumir en el exterior a un tipo de cambio que hoy se ubica en torno a los $ 7,10 (producto del recargo del 20% que aplica la AFIP) se convirtió en una de las grandes trampas del cepo. Hoy supone un drenaje de divisas que amenaza a las reservas que se intentaba preservar con las restricciones.
Fuente: El Cronista