El macrismo piensa hoy devolverle la gentileza a la oposición y mortificarla con temas diversos, especialmente al kirchnerismo. Es que se realizará una sesión especial a pedido de sus rivales, dos días antes de la apertura de sesiones, para debatir la crisis en la cual el ministro de Educación, Esteban Bullrich, puso al sistema educativo con la falta de vacantes y el remedio de unas onerosas “aulas modulares”. A cambio, el PRO convocó a una sesión posterior.
Para el PRO es la primera vez que la oposición se aglutina con todos los bloques en fila para ganarle una pulseada, aunque en definitiva sólo sea para las cámaras de TV, ya que no habría votos para sancionar proyectos. Si bien la oposición tiene previsto reunir a los 32 legisladores de los 60 del recinto, el PRO con 28 diputados y siendo el bloque más numeroso debería prestar sus votos para el tratamiento sobre tablas, algo que no ocurrirá.
Luego de esa sesión especial que estará acompañada por manifestaciones convocadas por gremios de docentes y de personal del sistema de salud que harán reclamos al Gobierno porteño, el macrismo pidió la realización de otra sesión.
Para ese segundo tiempo el PRO tiene preparados varios proyectos de declaración. En principio, repudiar los dichos de Luis D’Elía solicitando el fusilamiento del opositor al Gobierno de Venezuela; luego quiere remarcar su preocupación por la suspensión del fiscal José María Campagnoli, y hacer otra declaración contra el presidente Nicolás Maduro.
Sin embargo, como el PRO en soledad no logra quórum para sesionar, debió contar con la colaboración de otros bloques en la movida. Una porción del desunido UNEN y la legisladora Graciela Ocaña apoyarán algunas de las posiciones del bloque PRO que ahora está presidido por Carmen Polledo.
La primera sesión, pedida por la oposición, tiene previsto comenzar a las 15 y dos horas después está pautado el debate promovido por el oficialismo.
La puesta es el inicio del año legislativo en la Ciudad de Buenos Aires, ya marcado por el ciclo preelectoral, donde los bloques ajenos al PRO buscarán diferenciarse más claramente en procura de un lugar en la contienda por el sillón que Mauricio Macri dejará vacante en 2015.
En principio, si la oposición logra el quórum para iniciar la sesión que conducirá Cristian Ritondo, el macrismo bajará al recinto con la idea de amortiguar el debate contra el ministro porteño de Educación, pero no acompañará ningún proyecto ni habilitará el tratamiento sobre tablas para evitar que sus rivales aprueben cualquier norma.
Del mismo modo ocurrirá con la sesión oficial, a menos que finalmente el PRO reúna con aliados los dos tercios del recinto y pueda sancionar declaraciones en contra del kirchnerismo como tiene pensado.
Fuente: Ámbito Financiero