El gobernador cargó contra los dirigentes de los docentes y denunció que el paro tiene un “trasfondo político”.
“¿Ustedes conocen una paritaria que haya cerrado en el 35%? ”.
Daniel Scioli sabe la respuesta e intenta demostrar que la huelga docente es subsidiaria de un plan para desestabilizar su gestión.
“Llega un momento en que es muy extraño. Llevar esto a una situación de estas características.
Doce días sin clase”, explica el gobernador.
Menciona que la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la antigua referencia nacional para los cierres de paritarias, pelea por el 30%. “¿Pero alguien vio una fábrica parada por el reclamo?”, fue otra de las apelaciones en conferencia de prensa.
“Una audiencia de conciliación se trata de acercar posiciones. En la reunión nos encontramos con una posición de intransigencia”, dijo Scioli. Considera que “hay un trasfondo político detrás de la protesta”.
En sus cercanías conectan la huelga como tributaria de un plan para quebrar su proyecto presidencial 2015.
“Ya se sabrá cuál (es el responsable de la estrategia)”, dice el gobernador.
Juega con esa ambigüedad que tanto resultado aportó a su carrera política. Pero, esta vez, los doce días de paro lastiman su autoridad institucional.
Scioli comienza a girar en un laberinto.
Aunque acordó con la Defensoría del Pueblo de la Provincia la presentación de un recurso de amparo para garantizar las clases, el resultado es incierto. La Ley N° 13.453, sancionada en 2006, institucionalizó las convenciones colectivas entre el estado provincial y los docentes, e inhibe al Ejecutivo de interrumpir las medidas de fuerza.
Sólo la revisión de esa norma establecería la educación como un “servicio esencial”, como en los hospitales o los controladores de vuelos, entre otros casos.
En la Suprema Corte ya se escudan: “Siempre terminan en la Justicia los conflictos que gobernan tes y sindicalistas no son capaces de resolver”, advierten.
El gobernador aparece sin capacidad de respuesta. También es cierto el corrimiento de los límites tradicionales de la protesta en la administración pública provincial.
El Frente Gremial Docente y UDOCBA son dependientes de su propia dinámica. UDOCBA es un gremio menor en escala y responde al objetivo de la CGT de Hugo Moyano de incursionar con los estatales bonaerenses. Los necesita para el paro de abril que acordó con Luis Barrionuevo, otra de las centrales obreras.
En cambio, Roberto Baradel, secretario general del Suteba –integrante del FGD- la tiene más complicada por el avance en las seccionales del sindicalismo combativo.
El Partido Obrero, el PTS, MST, PCR e Izquierda Socialista tienen representación en filiales como La Matanza, La Plata, Quilmes, Bahía Blanca, entre otras.
Baradel integra la CTA oficialista gobernanta del docente Hugo Yaski y está tironeado en los extremos. Antes era sospechado de presionar a Scioli cuando el kirchnerismo quería condicionar al gobernador. Y ahora su método parece entrampado en las bases. Hace 48 horas amenazó con la continuidad del paro “todo el año”.
Un exceso atribuible al condicionamiento interno de su gremio. El Gobierno denuncia que es “una escalada” con agresión a funcionarios incluido.
Fuente: Clarín