Sin intenciones políticas, pero con la convicción de que juntos se logra más que por separado. Así se presentan los grupos de vecinos que, hartos del panorama de cortes de luz interminables y la falta de respuesta de las empresas proveedoras, decidieron armar asambleas no sólo para protestar y organizar cortes, sino también para canalizar los reclamos de forma conjunta y colaborar con otros ciudadanos que no encuentran cómo hacerse oír.
Asamblea de Vecinos por la Luz, en los barrios de Flores y Parque Chacabuco, y Autoconvocados Cortes Edesur, en Almagro y Boedo, son dos ejemplos de esta movida. Fueron, además, quienes organizaron a través de redes sociales una marcha a Plaza de Mayo el miércoles pasado, a la que asistieron cerca de 200 vecinos afectados por los cortes.
Además de impulsar los reclamos, las asambleas guían a vecinos de otros barrios afectados por los cortes –Villa Mitre, Santa Rita y Villa Crespo, entre otros– para que canalicen sus reclamos. “Tratamos de agrupar a los vecinos que se sienten sólo un número de reclamo. Les enseñamos que, como asamblea, podemos hacernos oír y conseguir otro resultado”, dice Adolfo Buzzo Pipet, de Asamblea de Vecinos por la Luz, un grupo que surgió en mayo del año pasado, hartos de los apagones del verano 2014. “Presentamos un petitorio ante Edesur para exigir un plan de obras. Fue el punto de partida”, agrega.
Tienen un banco de datos actualizado con mails de vecinos, y usan Facebook y Twitter como canales de consulta y convocatoria.
La agrupación Autoconvocados Cortes Edesur nació un par de años antes, en 2012. “Cuando llevás varios días o, incluso, semanas sin luz, lo único que sirve es cortar una calle para visibilizar el reclamo. Es la forma más efectiva para que nos atiendan”, se sincera Marcelo Guazzardo, su vocero. Empezaron como un grupo de vecinos que se acercaban a la esquina de Maza y Rivadavia, y cada vez sumaron más. Hoy tienen un juicio contra la empresa proveedora por los cortes de ese año. “No hay que quedarse ante las compañías, también hay que reclamar ante el ENRE (Ente Regulador de la Energía)”, aclara.
Se reúnen cada quince días y presentan sus acciones ante los comuneros del barrio y las ONG de defensa del consumidor. Cuando un vecino necesita algo, se dispara una cadena de mails de alerta que convoca a los reclamos en la calle, pero también si hay alguna persona mayor o enferma afectada por un corte, y necesita ayuda puntual.
Consciente de que los vecinos se alejan de los piquetes una vez restablecido el suministro, Guazzardo apunta a perdurar en el tiempo: “El objetivo es continuar organizados, generando ideas, y no sólo venir a la asamblea a hacer catarsis”.
Fuente: Fortuna