No se tratará sólo de la tercera visita de un papa a Cuba en 17 años. El viaje del papa Francisco, anunciado oficialmente ayer por la oficina vaticana y que se realizará en septiembre, podría ayudar a mejorar las relaciones no sólo con Estados Unidos, relanzadas en diciembre pasado gracias a su mediación, sino con Europa y el resto del mundo, según algunos analistas. Cuba será una escala previa al viaje ya organizado y anunciado Estados Unidos, del 22 al 27 de septiembre y que incluirá Nueva York, Washington y Filadelfia, y encuentros con el presidente Barack Obama y visitas al Congreso y la ONU.
“Esta visita ayudará enormemente a romper con el aislamiento de Cuba. La situación es favorable y todo es muy simbólico además. Un papa latinoamericano, con una sensibilidad latinoamericana, que visita un país de su continente en camino hacia Estados Unidos, el adversario histórico del castrismo, y hacia las Naciones Unidas que representa la familia de las naciones”, dijo a JeanLouis De La Vaissiere, director de la Agence France Pre- sse en el Vaticano pero sobre todo un experimentado vaticanista. “El Vaticano ha accionado, junto a la dinámica y valiente iglesia cubana, un largo esfuerzo de mediación que comenzó con Juan Pablo II y continuó con Benedicto XVI”, que visitaron Cuba en 1998 y 2012 respectivamente, añadió. El vaticanista mencionó asimismo el rol importante del virtual primer ministro vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin, muy adentrado en la realidad latinoamericana, ya que fue representante de la Santa Sede en Venezuela. “Si este viaje puede indirectamente influir sobre Venezuela, es difícil decirlo –concluyó–. El Vaticano ha intentado un rol mediador, pero a veces las opciones del presidente Maduro son vistas con preocupación por Roma.”
Hace días que se venía hablando de la posibilidad de un viaje a Cuba pero la oficina de prensa vaticana había dicho que el Papa tenía intenciones de hacerlo pero que no podía confirmarlo. El viaje coincidirá con la conmemoración, en septiembre, de los 80 años de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede. Y, según algunos analistas, estará dedicado también a fortalecer la iglesia local, que empezó a tener una vida más activa desde la primera visita de un papa, la de Juan Pablo II en 1998. Francisco, que por su parte ha tratado de estimular el diálogo y el encuentro no sólo a nivel de las religiones en el mundo sino también entre gobierno y oposición en distintos países, tiene un amigo y aliado en la isla, el cardenal Jaime Ortega, varias veces presidente de la Conferencia Episcopal cubana y al que muchos le atribuyen un rol importante en el diálogo entre gobierno y oposición.
Se espera que el Papa sea muy bien recibido por los cubanos, y no sólo por los católicos, no exclusivamente por el rol que tuvo en la mediación con Estados Unidos, sino porque como lo ha definido la revista italiana L’Espresso, es un “papa venido del fin del mundo que entra en las cosas del mundo globalizado con mensajes de paz y de realpolitik. Artífice histórico del deshielo entre Estados Unidos y Cuba, mediador invisible entre Obama y Putin en la crisis en Siria, voz aislada en defensa de los cristianos perseguidos en Asia y Africa…”.
“La pacificación entre Estados Unidos y Cuba ha restituido a la diplomacia vaticana un rol de primer plano a nivel internacional y eso ha sido mérito del pontificado de Francisco”, dijo por su parte Sandro Magister, otro reconocido vaticanista de Italia. Bergoglio, por lo demás, conocía los entretelones de la situación cubana desde mucho antes de ser papa. Siendo cardenal de Buenos Aires, en efecto, coordinó la edición de un libro sobre los diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro, en el que se afrontaron temas como el socialismo, el ateísmo, la libertad, la democracia y el embargo.
Desde que Estados Unidos restableció el vínculo con Cuba en diciembre, las relaciones del país caribeño con Europa se han incentivado (ver aparte). El canciller cubano Bruno Rodríguez estuvo recientemente en Francia y la jefe de la diplomacia europea, Federicia Mogherini, estuvo en La Habana, precisamente para acelerar el ritmo de las negociaciones con la Unión Europea, con la cual se espera un acuerdo de cooperación para fin de año.
Fuente: Página 12