El avance de Cambiemos hizo mella en distritos controlados por el FpV y también por el massismo. Curto, Bruera, Zúccaro, Sabbatella y Cariglino, entre los grandes derrotados
La de este domingo pasará a la historia como una elección bisagra en varios aspectos. Como dato federal, habrá sido la que provoque el primer ballotage, si es que ninguno de los contendientes desiste antes, como hizo Carlos Menem. También será la que desplazó al peronismo del control de la provincia de Buenos Aires. Allí el resultado tiene doble impacto, porque además depositará por primera vez a una mujer -María Eugenia Vidal- en el sillón que hoy ocupa Daniel Scioli.
El cimbronazo de las urnas trajo aparejado otras sorpresas, como la jubilación de algunos barones del conurbano bonaerense. Diestros en el manejo de la ingeniería electoral, muchos conseguían mantenerse aferrados a sus puestos por sucesivos mandatos. Pero esta vez no todos pudieron repetir.
El revés más fuerte fue el que recibió Hugo Curto. Mandamás de Tres de Febrero durante 24 años, el dirigente justicialista sucumbió ante el macrista Diego Valenzuela. La diferencia superó los 10 puntos y dejó poco margen a quienes dudaban de un agotamiento de la gestión.
Otro cacique que acusó el golpe fue Humberto Zúccaro. Tras 12 años al frente del Ejecutivo de Pilar, cayó a manos de Nicolás Ducoté. El representante del PRO interrumpió así una racha que el peronismo había empezado en 1973.
También en Malvinas Argentinas hubo sorpresa. Luego de 20 años de gobierno, Jesús Cariglino cederá el poder. El kirchnerista Leonardo Nardini destronó al intendente massista, aunque por un margen estrecho.
Otra victoria del FpV sobre el Frente Renovador ocurrió en Hurlingham, terruño de Luis Acuña. Allí se consagró Juan Zabaleta. El segundo lugar quedó para Cambiemos, con Lucas Delfino.
El kirchnerismo tuvo uno de sus tragos más amargos en Morón. Allí Hernán Sabatella -hermano del titular de la Afsca y compañero de fórmula de Aníbal Fernández- fue vencido por Ramiro Tagliaferro, de Cambiemos.
En Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez dejará el poder tras ocho años de gestión. Cayó ante el ex jugador de handball y cocinero Martiniano Molina, que se postulaba por el frente que lleva a Mauricio Macri como presidente.
Una situación similar vivió Pablo Bruera en La Plata. Allí su verdugo fue Julio Garro.
En Lanús, fracasó la aspiración del secretario de Justicia, Julián Álvarez, de suceder a Darío Díaz Pérez. El dirigente camporista no pudo con el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti.
La fortaleza de los oficialismos
Por supuesto que no todos fueron batacazos. Con mayor o menor grado de suficiencia, varios de los principales distritos mantuvieron su línea política. Tal fue el caso de La Matanza, en donde Fernando Espinoza entregará el poder a Verónica Magario.
En Lomas de Zamora, el kirchnerista Martín Insaurralde no tuvo problemas para imponerse sobre Cambiemos.
En Almirante Brown, el sciolista Mariano Cascallares -quien había dejado en el camino a Darío Guistozzi en las PASO- prevaleció sobre el macrista Carlos Regazzoni.
El kirchnerismo consiguió asimismo retener Avellaneda. Jorge Ferraresi logró la reelección.
El massismo pudo mantener el dominio en la tierra de su líder, con un nuevo mandato del intendente Julio Zamora.
Joaquín de La Torre tampoco tuvo inconvenientes para hacer lo propio en San Miguel.
En Vicente López, Jorge Macri resultó elegido para otro período.
Gustavo Posse prolongó su estadía en la intendencia con un nuevo triunfo, esta vez por el frente Cambiemos.
Fuente: Infobae