Sin palos y sin la cara tapada. Las últimas dos semanas fueron las más complicadas en los últimos meses en materia de protesta social. Por eso, la Ciudad elabora una serie de medidas que apuntan a reducir los piquetes en las calles y avenidas porteñas, en el marco del nuevo plan integral de seguridad que será presentado dentro de dos semanas. Buscarán evitar la “pasividad” y pretenden “hacer cumplir la ley”.
Sólo en los últimos 15 días hubo decenas de protestas en la Capital Federal. Una de las que más fastidió al Ejecutivo porteño, pero también a la Nación, fue el corte y acampe sobre la avenida 9 de julio, que se prolongó por varias horas y se extendió a la madrugada.
La semana pasada hubo protesta con acampe y olla popular en medio de la 9 de julio.
Pero en verdad, los piquetes fueron récord en lo que va del año: de acuerdo a un informe de la consultora Diagnóstico Político, en enero hubo 17 grandes protestas, por caso la más fuerte fue la de los manteros que se negaban a ser desalojados de la zona de Once. Y en febrero, el número fue apenas inferior, de 16 grandes piquetes.
En la Ciudad coinciden con el planteo del presidente Mauricio Macri, quien días atrás insistió en que el responsable de la seguridad es el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Pero con una observación: en voz baja reconocen que muchas de las protestas son de índole nacional. El caso de los movimientos sociales que reclaman frente al Ministerio de Desarrollo Social es, tal vez, el más gráfico.
En el plan trabaja el ministro de Seguridad, Martín Ocampo, en encuentros privados con Rodríguez Larreta. El objetivo es avanzar en una serie de medidas que apunten a reducir la cantidad de protestas y restarles el componente violento a las que se lleguen a concretar. En otras reuniones también se articula con la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, Guadalupe Tagliaferri.
No se trata de un tema sencillo. En la Ciudad buscan garantizar un plan que evite que el accionar de la Policía derive en mayores conflictos, sin llegar a estar ni siquiera cerca de una represión a los manifestantes. No quieren que les “tiren un muerto por la cabeza”.
Hoy en día, el accionar de las fuerzas de seguridad ante una protesta se limita a acordonar la zona, evitar incidentes y, por sobre todas las cosas, dialogar con los piqueteros para negociar la apertura de carriles en los casos de protestas más pequeñas, que no superen las 150 o 200 personas.
BigBang supo que la Ciudad buscará, en primera instancia, impedir que los manifestantes porten palos o elementos que puedan provocar intimidación, así como también se prohibirá que marchen con el rostro tapado. Pero además, intensificarán los controles de tránsito para evitar que los colectivos que trasladan los manifestantes puedan llegar hacia la zona deseada.
Es que el foco de la Ciudad está puesto en las organizaciones más conflictivas en materia de protesta. De hecho, en Seguridad diferencian un corte “espontáneo”, de una protesta donde hay organización, micros, carpas y ollas populares. El plan, asegura una fuente a BigBang, estará dirigido principalmente a los “cortadores seriales”.
En esta línea se expresó más temprano el jefe de Gobierno, cuando pidió “no generalizar” todos los cortes y asegurar que todos los manifestantes “tienen derecho a expresarse”, aunque apuntó hacia “un sector violento que no quiere dialogar”.
No descartan que la judicialización de la protesta vaya más allá de lo que ocurre en el presente. Hoy en día, interviene un fiscal o un juez, ordena a la Policía intervenir y es la fuerza de seguridad la que dialoga. Ahora, una de las opciones que barajan sería identificar a quienes participen y que se inicie una causa judicial.
¿DE QUIÉN SON LOS PIQUETES?
Hoy Rodríguez Larreta señaló por radio Mitre que es responsabilidad de la Ciudad garantizar la seguridad y negó cualquier tipo de discrepancia con el presidente Macri respecto a las protestas.
La responsabilidad es de la Ciudad porque los piquetes ocurren en el ámbito porteño. Sin embargo, hay un dato para nada menor que provocó fastidio en algunos sectores de la Ciudad: la mayoría de las protestas que ocurren en las calles porteñas no son reclamos hacia la gestión de Rodríguez Larreta.
Rodríguez Larreta junto a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
De hecho, uno de los casos que más molestó a las autoridades, tanto nacionales como de la Capital, fue la protesta de la semana pasada en la 9 de julio que incluyó corte, olla popular y acampe durante una noche. El reclamo iba dirigido al Ministerio de Desarrollo Social, que conduce Carolina Stanley.
Fuente: Big Bang News