Como una demostración de fuerza, más de 400 delegados y miembros de la comisión directiva del gremio Atilra, votaron por unanimidad un paro nacional por 24 horas de la industria lechera, a partir de las 0 horas. Lo hicieron en respuesta al fracaso de las negociaciones que se sucedieron el día martes, día que se suponía sería clave para destrabar el conflicto que atraviesa la cooperativa SanCor.
Con acusaciones de por medio, enfocadas principalmente en las cámaras empresarias, la chispa que encendió los ánimos de los trabajadores nucleados en la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), que se hicieron presentes en la sede de la Ciudad de Buenos Aires en el día de ayer, fueron las declaraciones del propio presidente Mauricio Macri, que más temprano había puesto el foco del conflicto en el “pésimo convenio laboral” que tiene la actividad. Macri fue más allá y expresó que si no se llega a un acuerdo con el sindicato, “habrá que salir a buscar un socio para la cooperativa. “SanCor está sufriendo las consecuencias por distintos factores, como la mala política láctea, el pésimo convenio laboral y también el desmanejo interno de la administración de la empresa”.
Para hacer oír su posición, y como respuesta a las acusaciones, Héctor Ponce, Secretario General de Atilra, convocó a una conferencia de prensa donde explicó que el fracaso de las negociaciones se debieron a las presiones de las cámaras empresarias y a la pasividad del Gobierno. Allí, más tarde, delegados lecheros de todo el país definieron en asamblea realizar un paro nacional por 24 horas. “En solidaridad con los compañeros de SanCor se viene hablando con el conjunto de los trabajadores llevar adelante una huelga nacional de nuestro sector”, advirtió Heber Ríos, Secretario General de la seccional General Rodríguez de Atilra.
Ponce destacó que el gremio accedió a reducir hasta un 70% el famoso “aporte patronal mensual permanente” que brindan las empresas para la obra social, en función del panorama que atraviesa la lechería a nivel nacional, en especial el que recibe de SanCor, pero que las industrias exigían una mayor flexibilización: “Primero pidieron la firma de un convenio a la baja, flexibilizándolo para todos los trabajadores lecheros del país, y también, como condición de que el Gobierno cediera esa suma a SanCor, que no discutamos salarios por un año, entre otras cosas”, afirmó Ponce, y graficó que “tienen un rehén que hoy es la cooperativa SanCor y quieren que los trabajadores paguen el rescate”, afirmó.
El pedido de reducción del “aporte solidario” también es un reclamo de Apymel, la asociación de pequeñas y medianas empresas lácteas que sostuvo que “Apymel y el CIL (Centro de la Industria Lechera) están de acuerdo en mantener el aporte solidario y subsidiario del 6,5% pero solicitan una baja del aporte extraordinario a un monto razonable entre $ 500 y $ 750 por empleado y por mes”, aclara. Actualmente, este aporte asciende a $ 3900.
Ponce aceptó la necesidad de discutir el convenio colectivo de trabajo, pero afirmó que eso se tiene que dar en la discusión paritaria, “no en el marco de una extorsión”. Añadió que desde que está al frente del gremio, “negociamos 15 acuerdos salariales y nunca hicimos un sólo paro”. Además, acusó al CIL, que incluye a la propia SanCor, de no hacer nada para salvarla sino que “muchos de sus miembros se aprovecharon de la situación”. “Podrían haber armado algún esquema de ayuda como que sean las propias empresas nucleadas en las cámaras quienes le vendan, consiguiendo las garantías de cobro correspondientes, entre un 5% o 6% de su producción a SanCor para que vuelva a tener materia prima. Es algo que se puede hacer tranquilamente”, sostuvo.
Fuente: Cronista