Guillermo Moreno ya no incurre en conductas improcedentes; más bien, reflexiona sus respuestas sin dejar por ello de lado su polémica personalidad. Hoy es precandidato a diputado nacional por la lista Honestidad y Coraje, junto con Gustavo Vera como candidato a legislador, y busca entrar al Congreso.
Con 61 años y más de 40 de militancia peronista, compite por primera vez a un puesto electivo. “¡Ojo que si nos vota todo el peronismo ganamos las PASO!”, se entusiasma. El ex secretario de Comercio Interior asegura que que el próximo gobierno “va a ser de orientación peronista”, porque “es la única que queda”. Reconoce errores del kirchnerismo, pero defiende a ultranza la gestión del Indec.
¿Cómo ve al gobierno de Cambiemos?
El Gobierno no tiene un modelo, toma decisiones de forma absolutamente aleatoria, y actúa en base al ensayo y el error. Eso es un experimento, y en términos económicos, este experimento oligárquico está acabado.
¿No comparte la expectativa de crecimiento del Gobierno?
¡No, está terminado! El ciclo económico de este experimento político está terminado: está comandado por descerebrados que no tienen posibilidad de darle respuesta al país. Eso no significa que el ciclo político esté yuxtapuesto al ciclo económico. Tenemos un desfasaje entre uno y otro, pero con estas elecciones habrá una yuxtaposición correcta entre lo político y lo económico.
¿Confía en un triunfo del PJ en 2019?
El próximo gobierno va a ser de orientación peronista. Es la única que queda.
Siguiendo su lógica, ¿cuándo terminó el ciclo económico del gobierno kirchnerista?
Para fines de 2012 ya se había concretado. Hubo reflexiones al interior del Gobierno. Nosotros tendríamos que haber pasado de un modelo nacional y popular con orientación en el consumo hacia un modelo nacional y popular con orientación en la producción. El modelo de consumo había alcanzado su clímax y estaba concluido hacia 2012. Tendríamos que haber hecho la transformación hacia la producción.
¿Hace una autocrítica de su gestión como funcionario público?
Sí. Creo que me faltó el énfasis necesario en el plan de negocios de YPF. El plan de (Miguel) Galuccio era malo, y eso tuvo impacto en nuestra política energética y en la relación de precios que había al interior de la economía.
¿Por qué fracasó la unidad entre Cristina Kirchner y Florencio Randazzo?
Deseo que el pueblo sea más inteligente que los dirigentes y ponga en primer lugar a una peronista y, en segundo lugar, a otro peronista. Lo que no conseguimos con la inteligencia de los dirigentes, espero que lo logremos con la inteligencia de los votantes…
¿No hay unidad por el mal genio de Cristina o de Randazzo?
Para bailar el tango se necesitan dos.
¿Cuáles son sus propuestas para los porteños?
En el caso de la seguridad, hay que mandar a la Policía. En la educación, hay que jerarquizar el sistema público, y hay que atender esas escuelas de gestión privada que tienen mucha incidencia en sectores populares. Y hay que bajar las tasas y contribuciones para ponerle plata a las familias en el bolsillo. Menos presión impositiva y que se acostumbren a administrar con pocos recursos.
¿Qué lo distingue de sus competidores en las PASO?
Buscamos al electorado peronista, a los que acompañaron al actual oficialismo, a los que fueron con el Frente Renovador y a los que siguieron en el partido. Si todos los peronistas nos votan, ganamos las PASO.
¿Confía en las cifras del Indec?
Sí, sí. En las de antes y en las de ahora. Repito: en las de antes, y en las de ahora.
Varios candidatos porteños piden un debate… ¿se anima?
Por supuesto. Con gusto. Y lo desafío a Martín Lousteau a un debate, porque se pasó 10 años hablando pavadas, sabiendo que yo no contestaba públicamente. Habla de “Evolución”, pero no se puede evolucionar un experimento oligárquico.
Fuente: Cronista