Minutos después de las 12 salieron las primeras formaciones de las líneas A y B del subte, que estuvieron paradas toda la mañana. En la hora pico, hubo demoras, embotellamientos y, aunque se reforzaron servicios en varias líneas de colectivos, se vieron unidades desbordadas y colas para abordarlas. Ahora, se anunció que la protesta seguirá en las líneas C y D si el conflicto no se destraba antes.
Desde temprano, se vio más gente de la habitual sobre las venidas Rivadavia y Corrientes, por donde corren ambas líneas de subte. Chacarita, Primera Junta y Plaza Miserere fueron los puntos donde se generaron más filas de gente para esperar colectivos.
Fue el caso de Noelia Espíndola, que habitualmente toma la línea A para ir de Caballito a Plaza de Mayo, desde donde camina hasta su trabajo. “Tomé el 26 y tardé más de una hora y media. Otros colectivos no paraban. El tránsito sobre Corrientes estaba imposible, y se complicó más todavía en las cuadras antes del Obelisco, que están en obra y hay solo dos carriles”.
También se sintió en el tránsito, ya que se incrementó la cantidad de autos en esas avenidas. Y en subte E, que corre paralelo por debajo de San Juan y llega a Plaza de Mayo, también tuvo coches más cargados que en otras jornadas.
Mariana Garcés, que viaja en auto de Almagro a Constitución, hizo el viaje en 20 minutos más que el tiempo habitual. “Salí antes para estar a horario. Si no lo hacía llegaba tarde, porque al final tardé 20 minutos más”, contó.
Para los pasajeros afectados por el paro en la A, que serían unos 88.000, se agregaron unidades de la línea de colectivos 5 que salían vacías desde Flores, mientras que la línea 8 ofrece desde las 6 de la mañana servicios expresos desde Liniers y Flores.
Los pasajeros de la línea B afectados son unos 100.000. Para ellos, los colectivos de la 71 reforzaron su frecuencia, y la 19 brinda servicios adicionales desde la estación Federico Lacroze.
Según anunciaron los metrodelegados, la protesta sigue con liberación de molinetes en las cuatro cabeceras.
El endurecimiento de las medidas de fuerza de los metrodelegados obedece a que la concesionaria Metrovías envió más de 70 telegramas de suspensión a trabajadores que protagonizaron liberación de molinetes. La empresa considera que esas protestas son “ilegales”, dado que el acuerdo paritario lo firmaron con el sindicato UTA, el único que tiene la personería gremial para encarar la negociación salarial.
Los metrodelegados también dijeron que podrían anunciar un nuevo cronograma de paros en las otras líneas.
“Desde hace un mes estamos esperando un llamado del Gobierno de la Ciudad y Metrovías. Cerraron un acuerdo con una organización que no nos representa, que es la UTA, y ahora nos castigan con sanciones y pedidos de desafuero”, dijo Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B, y agregó: “Todo es parte de un plan de ajuste contra los trabajadores. Vamos a seguir reclamando hasta que nos den una respuesta”.
Se espera que en el transcurso de este miércoles se anuncie un nuevo cronograma de paros y protestas. Mientras tanto, no hay prevista una reunión y desde el Gobierno sostienen que el acuerdo paritario se firmó con la UTA, el gremio que tiene la representación para firmar paritarias.
Fuente: Clarin