Tras 14 días de cuarentena y a más de un año después del brote del coronavirus en Wuhan, los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) iniciaron en esa ciudad china su investigación sobre los orígenes de la enfermedad, mientras en buena parte del mundo la pandemia crece, incluida América latina, donde Perú, próximo a una nueva cuarentena estricta, alertó que su segunda ola es “más agresiva” que la anterior.
La investigación, que China tardó más de un año en organizar, es extremadamente delicada, ya que el gigante asiático intenta eximirse de cualquier responsabilidad en la aparición de la pandemia.
Mientras el país lograba contener el contagio en su territorio, el virus se extendió por todo el mundo y dejó hasta ahora más de 2,1 millones de muertos y más de 100 millones de infectados.
La cifra oficial de fallecidos en China es de 4.636, la gran mayoría de ellos en Wuhan (casi 3.900), una ciudad que fue puesta en cuarentena durante 76 días desde el 23 de enero de 2020.
Los expertos del Gobierno chino habían explicado inicialmente que el virus apareció en un mercado de Wuhan, donde se vendían animales vivos, cerrado desde hace más de un año.
El virus se habría transmitido de los murciélagos a otras especies animales antes de pasar a los humanos, pero los medios locales descartaron esa teoría y la reemplazaron por otra -aún no probada- según la cual el virus podría haber sido importado a China a través de carne congelada.
Fuera de China también circularon diversas teorías, entre ellas la de una transmisión del virus, accidental o no, desde el laboratorio de virología de Wuhan, donde se fabricaba coronavirus de forma experimental.
Tanto el laboratorio como el Gobierno chino negaron esta hipótesis, planteada en particular por el expresidente estadounidense Donald Trump.
“Todas las hipótesis están sobre la mesa; está claro que es demasiado pronto para llegar a una conclusión sobre el origen de este virus, ya sea en China o fuera de ella”, dijo Michael Ryan, director de Emergencias Sanitarias de la OMS, en Ginebra la semana pasada.
El nuevo Gobierno estadounidense, a cargo del demócrata Joe Biden, abogó el miércoles por una investigación internacional “clara y exhaustiva”, y la vocera de la Casa Blanca juzgó “imperativo” llegar “al fondo del brote”.
El vocero del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Zhao Lijan, confió en que Estados Unidos “respete los hechos y la ciencia y el duro trabajo de los expertos del equipo de la OMS”, y rechazó los “prejuicios negativos” y la “interferencia política” en esa tarea.
Además de los aspectos científicos, Beijing fue acusada de responder tarde a los primeros casos de contaminación descubiertos en Wuhan en diciembre de 2019, o incluso antes.
En paralelo a la polémica por la demora en la producción y distribución de las vacunas, el resto del mundo se debate entre las medidas de cuidado para contrarrestar la segunda ola y la apertura de algunas actividades apenas se divisa una pequeña mejora en las cifras y en nombre de no seguir perjudicando a la economía.
Europa vive a pleno esa contradicción, y la OMS advirtió que “las tasas de transmisión” en el continente “siguen siendo muy elevadas”, por lo que es “prematuro” levantar las restricciones vigentes frente a la pandemia.
El director para Europa de la OMS, Hans Kluge, describió la situación actual como una “paradoja pandémica”, en la que, por un lado, el despliegue de las vacunas ofrecía “notables esperanzas”, pero por otro, “las nuevas variantes preocupantes presentan mayor incertidumbre y riesgo”, según sus declaraciones reproducidas por la agencia de noticias AFP.
En cuanto a la nueva variante descubierta en el Reino Unido, se confirmó su presencia en 33 países, y la variante identificada en Sudáfrica, en 16.
A este último número debe sumarse ahora Estados Unidos –el país más afectado del mundo-, que reportó por primera vez dos casos en Carolina del Sur, consignó la agencia AFP.
En tanto, la mayoría de los países europeos volvieron a imponer duras restricciones y a cerrar fronteras en un nuevo intento para frenar el avance del virus, y África dio cuenta de un alivio mínimo, al menos en materia de anuncios, porque la Unión Africana (UA) logró 400 millones de dosis adicionales para el continente, aunque sin una fecha clara para su llegada.
América latina sigue siendo una región muy complicada, y Perú y Brasil se mantienen como los países con altas tasas de contagio y escasa disponibilidad de tratamientos.
La ministra de Salud de Perú, Pilar Mazzetti, alertó que la segunda ola de coronavirus por la que está pasando actualmente el país muestra “un comportamiento más agresivo” que la anterior, al punto que se contagian personas más jóvenes. El último parte refleja que 11.384 personas estaban hospitalizadas y de ellas 1.931 necesitaban ventilación asistida.
También Chile mostró un fuerte repunte en sus fallecidos, 134 en las últimas 24 horas, con lo que total de muertes desde el inicio de la pandemia subió a 18.174, mientras que los contagiados son hasta el momento 714.143. La buena noticia en Santiago es que un lote de cerca de 1.920.000 dosis de la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, el primero de dos cargamentos similares que se completará el domingo.
En Cuba, en tanto, se conocieron otras cuatro muertes y hay 4.799 casos activos en todo el país, y aunque sus cifras sean mejores que en otros países muestran rebrotes fuertes desde noviembre que aumentaron en diciembre y en especial en enero. Los fallecimientos ya son en la isla 208, con un aumento sensible de la letalidad en enero, reportó la agencia Europa Press.
También Bolivia logró algo de respiro con el arribo de las 20.000 dosis de Sputnik V que llegaron a su territorio en un vuelo de Boliviana de Aviación (BOA) desde Buenos Aires, tras ser traídas de Moscú por Aerolíneas Argentinas, el mismo día en que La Paz y Santa Cruz inician nuevas restricciones de actividades, según la agencia ABI.
Fuente: Télam