Barricadas cerca de la Trump Tower, policías en alerta máxima, hordas de periodistas y algunos manifestantes frente a la oficina del fiscal de Manhattan. Nueva York esperaba este martes una probable imputación de Donald Trump, aunque las horas pasaron sin la certeza de cuándo se tomará finalmente esa decisión. El expresidente dijo el sábado pasado que sería detenido este martes a raíz del pago a una actriz porno para comprar su silencio, pero su defensa aseguró que esas afirmaciones se basaban en informaciones de prensa y no tanto de la fiscalía. En caso de ser inculpado, el republicano de 76 años se convertirá en el primer exmandatario en sentarse en el banquillo de la justicia, lo que es interpretado por sus seguidores como un intento de los demócratas de impedir que se presente a la reelección en 2024.
A la espera de novedades
Según medios estadounidenses, el jurado que dictaminará si hay delito o no podría votar el miércoles pero el fiscal de distrito de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg, esperaría a la semana próxima para anunciar los cargos. Bragg no confirmó públicamente ningún plan y el gran jurado opera en secreto para evitar perjurio o manipulación de testigos, lo que hace prácticamente imposible saber lo que pasa puertas adentro.
En Estados Unidos los fiscales pueden presentar testigos y pruebas a un panel de ciudadanos conocido como gran jurado, que decide si se justifica la presentación de cargos. La semana pasada Stormy Daniels cooperó con el gran jurado en este caso. El exabogado personal de Trump, Michael Cohen, quien reconoció haber hecho el pago a Daniels y dijo que luego se le reembolsó, también testificó ante el panel. Trump también fue invitado a declarar aunque se negó.
Para prepararse para la posible detención del multimillonario, quien tendría que someterse al ritual de toma de huellas dactilares e incluso ser esposado, el departamento policial de Nueva York colocó vallas metálicas ante el tribunal de Manhattan y la Tower Trump, en la 5º Avenida de Nueva York, previendo la llegada masiva de seguidores, algo que nunca sucedió.
A primera hora de la mañana una veintena de personas, en su mayoría jubilados, protestaron ante las puertas del juzgado contra el expresidente y actual candidato a las primarias presidenciales de 2024 con carteles en los que se podía leer: “Trump está acabado” y “Nadie está por encima de la ley”. También exhibían caricaturas del exmandatario entre rejas y con un uniforme de preso.
Mientras tanto los seguidores de Trump se congregaron en las inmediaciones de Mar-a-Lago, su residencia en Palm Beach, al sur de Florida, para expresarle su apoyo. Pequeños grupos de simpatizantes se dieron cita a lo largo de Southern Boulevard, una calle que conduce a Mar-a-Lago, con pancartas y grandes banderas en favor del exmandatario en las que se leía “Trump Save America” (“Trump salva América”) o “Trump 2024”, en referencia a las próximos comicios.
La estrella porno y el presidente
La investigación de Bragg se centra en el pago de 130 mil dólares, en plena recta final de la elección de 2016, a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar una supuesta relación extraconyugal que habría tenido con el magnate diez años antes y que éste siempre negó. Para seducirla, en 2006, Trump le dijo que era “especial” y le ofreció una aparición en su programa “El aprendiz”, que no llegó a materializarse.
En 2011, Daniels trató por primera vez hacer públicos los detalles del encuentro al intentar vender su testimonio a la revista de farándula In Touch por 15 mil dólares. La revista, sin embargo, renunció a publicar la entrevista luego de ser amenazada con una demanda por uno de los abogados más cercanos a Trump, Michael Cohen. Según la actriz, un desconocido la abordó poco tiempo después en un estacionamiento en Las Vegas para intimidarla y exigirle que se olvide de Trump.
Daniels mantuvo el silencio hasta que el magnate del sector inmobiliario ganó las primarias republicanas de 2016, momento en que ella retomó el contacto con los medios para tratar de monetizar su historia. Cohen, apodado el “pitbull” de Trump, volvió a tratar de comprar su silencio, como ya lo había hecho con la playmate Karen McDougal. Pasadas las negociaciones, el abogado le pagó de su bolsillo 130 mil dólares a Daniels en el marco de un contrato de confidencialidad firmado bajo los seudónimos de “Peggy Peterson” y “David Dennison”.
Cohen, que declaró ante el gran jurado, confirmó que había realizado dicho pago y que después fue reembolsado. De no estar debidamente documentado, el pago a Daniels podría ser considerado como una falsificación contable, que podría infringir la ley sobre financiamiento electoral, un delito penal castigado con cuatro años de cárcel. Expertos legales aseguran que no será fácil demostrar dicho delito. Sin embargo, en caso de ser inculpado, un eventual juicio podría tardar meses en realizarse.
Trump, como tantas otras veces, se siente víctima de una caza de brujas. “Nuestros enemigos están desesperados para pararnos porque saben que somos los únicos que podemos pararlos a ellos”, dijo Trump en un video subido este martes a su plataforma Truth Social. El magnate es objeto de varias investigaciones penales tanto a nivel estatal como federal que podrían amenazar su nueva carrera a la Casa Blanca, entre ellos los intentos de revertir su derrota en la elección de 2020 en el estado de Georgia.
¿Qué puede pasar con Trump?
Una acusación de Trump daría inicio a un proceso que podría durar varios meses. En el plazo inmediato debe determinarse cómo sería el arresto, o más probablemente la entrega de Trump a las autoridades, dada la naturaleza no violenta de los cargos y el hecho de que sea expresidente.
“Esto no tiene precedentes y no hay un procedimiento definido”, dijo el exagente del Servicio Secreto estadounidense Robert McDonald, ahora profesor de justicia penal en la Universidad de New Haven. Según el experto, el Servicio Secreto, encargado de proteger a los altos dignatarios, coordinará con la oficina del fiscal Bragg para que Trump se presente en el juzgado sin que su llegada se convierta en un “espectáculo”.
El exfiscal federal Renato Mariotti tuiteó el sábado que espera que Trump “se presente voluntariamente en el tribunal, le tomen las huellas dactilares y lo registren, y que sea puesto en libertad bajo fianza”. Dada la prominencia de Trump y su candidatura presidencial en curso, es probable que el juez no considere que el expresidente suponga un riesgo de fuga y Trump podrá irse después del procesamiento, previo pago de una fianza si es necesario.
El senador por Carolina del Sur Lindsey Graham, integrante republicano del Comité Judicial del Senado, advirtió este martes que una posible detención de Trump “haría estallar el país”. Por su parte el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, salió en defensa del exmandatario al declarar en su habitual conferencia de prensa: “Trump está declarando que lo van a detener por un asunto presuntamente amoroso. Si fuese así, pues todo mundo sabría que es para que no aparezca en la boleta electoral“.
Fuente: Pagina 12