Después del golpe que causó la última inundación el Belgrano en las últimas mediciones para la gestión macrista, el Gobierno porteño montó un corralito anti inundaciones de varias manzanas para evitar que los vecinos lleguen a la calle Blanco Encalada (esquina Amenabar). Con el cuerpo de agentes de tránsito y varias grúas, se evitó que la tormenta vuelva a sorprender a los vecinos. Mientras tanto, en la legislatura porteña avanza el proyecto de presupuesto, que permitirá hacer más obras en aliviadores y alcantarillas, para desinflar el problema. La solución de fondo llegará recién dentro de no menos de 4 años (como mínimo) cuando se avance con la obra del Arroyo Vega, que corre debajo de Belgrano. Es necesario repetir el modelo del Maldonado, pero aún el Gobierno nacional no aprobó el pedido de fondo de Macri al exterior por unos US$ 300 millones que costará entubar nuevamente el Vega. El proceso lleva al menos un año de licitación (contratación de empresas que hará la obra) más 3 años de excavaciones. Falto mucho aún para que lo vecinos de uno de los barrios con mayor poder adquisitivo de la Ciudad, respiren con tranquilidad, cada vez que llueve.

Los agentes de Tránsito evitan que los autos lleguen a la inundación en Belgrano.