El Gobierno porteño firmó el decreto que convoca a la nueva licitación del servicio de recolección de residuos. El mes que viene se concretarían las adjudicaciones para que a partir de marzo, y después de años de demora, entre en vigencia el nuevo sistema que incluirá recolección los siete días de la semana y la contenerización de toda la Ciudad y la novedad de contenedores bajo tierra en el Centro.
El decreto N° 162 fue publicado el lunes, y hoy se concretará el llamado a licitación. El nuevo contrato será por diez años, a un costo de $ 2.900 millones anuales, que se deberá ir ajustando por la inflación. Se trata claramente del contrato más caro del Estado porteño, que hoy paga por el servicio unos $ 2.300 millones anuales.
“Vamos a un sistema moderno, con nuevos camiones de carga lateral, barrido y limpieza de veredas mecánicos y otras innovaciones tecnológicas ”, aseguró Diego Santilli, ministro de Espacio Público.
En primer lugar, la Ciudad será dividida en siete zonas, de las cuales seis serán privatizadas y la restante (la que corresponde a la Comuna 8) seguirá a cargo del Estado. En el 100% de las calles porteñas serán colocados contenedores, que las empresas deberán vaciar todos los días. Hoy está contenerizado el 60% del territorio, y la recolección no se hace los sábados. En tanto, en las villas se levantará la basura dos veces por día durante toda la semana.
Pero también cambiarán los recipientes, que serán de metal y cargarán hasta 3.200 litros, como los que ya se pueden ver en el Centro y en los barrios de Lugano y Soldati. Esto, si bien quitará espacio libre en las calles, permitirá mejorar la productividad de la recolección. Hoy los contenedores tienen 1.000 litros de capacidad, y además son de plástico y fáciles de mover, lo que genera que cada año un 33% sea robado o destruido por el vandalismo. Otro punto destacado es que el 70% de los camiones deberán ser cero kilómetro, y el 30% restante no podrá tener más de 5 años de antigüedad.
Las principales novedades, sin embargo, se notarán en la zona 1, la de la Comuna 1, donde habrá una fuerte inversión. En primer lugar, en varias cuadras habrá contenedores soterrados, para no ocupar las calzadas y veredas, sistema que se usa en algunas ciudades de EE.UU., por ejemplo. En octubre de 2010 el Gobierno presentó una prueba piloto con uno de estos equipos en Rivadavia y Acoyte, gracias a un convenio firmado con una cadena de comidas rápidas.
En tanto, la zona del Casco Histórico será atendida con camiones más chicos, para no dañar tanto los adoquines. También colocarán cestos papeleros especiales.
En el Microcentro, sobre todo en la peatonal Florida, el barrido y la limpieza de las veredas se realizará con lavadoras mecánicas, y habrá refuerzos en los turnos. Además, tanto en Florida como en Lavalle habrá no menos de seis papeleros por cuadra. Estos cestos, al igual que todos los que se colocarán en la Ciudad, deberán tener cenicero.
Este sistema se sumará al de la recolección de residuos reciclables, que estará a cargo de cooperativas de cartoneros. La idea es que el año que viene la gente empiece a poner la basura húmeda en los contenedores negros, mientras que habrá contenedores verdes para los papeles, plásticos, vidrios y otros elementos que se pueden reutilizar.
Si ambas políticas funcionan, la Ciudad podría saldar dos deudas. Primero, regularizar la situación de la recolección, porque los contratos con las actuales prestadoras están vencidos desde 2009. Segundo, permitiría acercarse al objetivo de reducir la cantidad de basura que se entierra en la CEAMSE. Según Espacio Público, en lo que va del año se logró bajar de 6.000 a 4.200 las toneladas diarias que se mandan a disposición final. La diferencia se debe a que empezaron a procesarse los escombros y a que en enero abrió en la CEAMSE una planta de recuperación de materiales reciclables.
Fuente: Clarin