Son parte del plan hidráulico que contempla un conjunto de obras para encauzar las aguas de lluvia hacia el Río de la Plata; el presupuesto para la ejecución es de $5300 millones
El martillo neumático descansa por un rato y deja ver la pared de tierra compacta, húmeda, a unos 30 metros de profundidad, donde se está construyendo un canal aliviador para mitigar los efectos de fuertes tormentas y lluvias. Con mamelucos naranjas, los operarios entrelazan hierros para formar una malla que luego se mezclará con hormigón en los más de dos metros de diámetro de ese tramo de los ramales secundarios de un plan hídrico que demanda 40 meses de obras y contará con 36 kilómetros de ramificaciones en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires.
Sobre dos cuadras de la calle Concordia, entre Miranda y Juan Agustín García, en el barrio de Villa Santa Rita, se está terminando de construir un tramo que se conectará con el aliviador del arroyo Maldonado, que junto con el del arroyo Vega son los grandes conductos que reúnen buena parte del agua que se acumula en la ciudad hasta trasladarla hacia el Río de la Plata. El tercer gran arroyo, el Medrano de la cuenca norte, aún tiene pendiente la construcción de un canal similar.
Villa Mitre, Villa Santa Rita, Villa del Parque, Floresta y Monte Castro son los principales barrios que se verán beneficiados cuando esté en funcionamiento el canal aliviador Argerich, con más de dos kilómetros de extensión.
En estos barrios los riesgos hídricos aumentan cuando se producen lluvias intensas lo que podría derivar en inundaciones o anegaciones. La búsqueda de los que se llaman “manchas posibles de inundación” en toda la ciudad terminan por concretar obras preventivas que también están ligadas a nuevos fenómenos que llegan con el cambio climático. Como la del conductor Argerich.
“Primero se construyó el túnel aliviador del Maldonado y el del Vega. Son ramales con hasta seis metros de diámetro que llevan grandes cantidades de agua hacia el Río de la Plata. Cerca de ellos, en los barrios, puede haber posibles focos de inundación en zonas bajas. Los ramales pequeños se destinan a esas zonas ya comprometidas”, explica Gabriel Rosales, director general de Infraestructuras Urbana de la secretaría de Transporte y Obras Públicas de la ciudad.
“Estas obras son una forma de proteger los efectos del cambio climático que aceleran los efectos pocos frecuentes. Las grandes tormentas, que pasaban cada 50 años, aparecen cada vez más seguido y con mucha intensidad. Eso se prevenir con más redes de conducción de agua como estas”, agrega.
La red de ramales secundarios es un proyecto que comenzó en noviembre del año pasado y culminará en febrero de 2025. Además del conducto de la calle Concordia ya se hicieron otras ramificaciones y pozos aliviadores; la extensión total de los conductos al finalizar la obra será de 36 kilómetros.
En el caso de la calle Concordia se utiliza una metodología manual, con martillos neumáticos, aunque la tecnología depende de la extensión de túnel. Para otras excavaciones que comenzará en las próximas semanas arribarán dos tuneladoras provenientes de Alemania que se sumarán a la logística de la empresa Coarco, la contratista asignada por un presupuesto de $5300 millones, una partida que se va actualizando por inflación de acuerdo a los índices del Indec.
“La tierra se va excavando con un martillo neumático, luego se coloca una malla mínima de metal, se proyecta el hormigón y después se instala una armadura de hierro y los moldes para el hormigón final. El diámetro en las ramificaciones varía hasta los tres metros porque a medida que se aleja el punto de descarga el diámetro se afina. Cerca de la desembocadura se agranda hasta los seis metros de diámetro porque llega más caudal”, detalla Rosales.
Los próximos pasos del Concordia serán en noviembre cuando comiencen a ejecutarse los tramos por tunelera, (tecnología denominada Pipe Jacking). Hasta esa fecha se realizarán los tramos de tunelería tradicional de ejecución manual, que comprenden el tramo del Pasaje Wilde y el de la calle Concordia. El tramo del Pasaje Wilde está finalizado y en las próximas semanas finalizará el sector de Concordia entre Álvarez Jonte y Juan Agustín García.
“Cumplimos con este compromiso y vamos a seguir trabajando sin pausa porque las obras de la red pluvial secundaria no están a la vista de la gente, pero son fundamentales, porque brindan tranquilidad a todos los vecinos”, sostuvo el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. “Son trabajos que previenen el riesgo de inundaciones al recolectar y distribuir de manera adecuada los excedentes hídricos causados por las precipitaciones. Además, evitan la contaminación del agua y mejoran la calidad del flujo hídrico”, agregó.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, expresó: “Detrás de estos 32 kilómetros de túneles hay 1.800.000 personas que duermen tranquilas cuando llueven. Cuando hay un plan, cuando se cumplen los plazos y, sobre todo, cuando trabajamos en equipo se pueden hacer obras de verdad, que quedan para siempre en la Argentina”.
El Plan Hidráulico contempla un conjunto de obras para encauzar y conducir las aguas de los distintos arroyos que atraviesan la ciudad y que descargan sus afluentes en el Río de la Plata y el Río Matanza-Riachuelo.
Desde 2016 hasta ya se completaron 32 kilómetros lineales que tienen un impacto real sobre los vecinos. Las intervenciones ya se realizaron en los barrios de Villa Ortúzar, Floresta, Villa Urquiza, Paternal, Villa Crespo, Palermo, La Boca, Villa Soldati, Lugano, Recoleta, Belgrano, Saavedra, Barrio 31, Nueva Pompeya, Palermo, Nuñez, Colegiales, Coghlan, Parque Chas y Agronomía.
Fuente: La Nacion