El proyecto de reforma contempla la elección de parte de sus miembros por el voto de la ciudadanía.
Ahora el texto votado en Diputados deberá ser debatido nuevamente por el Senado debido a las modificaciones incorporadas en la cámara baja para mantener en órbita de la Corte Suprema la administración del Poder Judicial y las facultades de superintendencia sobre su personal.
De todos modos, los cambios introducidos al proyecto no modifican los puntos centrales de la propuesta del gobierno que es la elección directa de los consejeros, las mayorías para designar y suspender un juez y los concursos preventivos para cubrir vacantes.
La iniciativa, eje central de la democratización de la justicia, se votó tras un maratónico debate de dieciocho horas que en su tramo final tuvo ribetes escandalosos, por la polémica desatada por la votación en particular entre el oficialismo y la oposición.
El dictamen de las comisiones de Asuntos Constitucionales, de Justicia y Legislación General cosechó votos que fueron aportados por el Frente para la Victoria, por Nuevo Encuentro, por el Frente Cívico de Santiago del Estero, por el peronismo de la Pampa, el Movimiento Popular Neuquino, dos salteños y el propio presidente del cuerpo, Julián Domínguez.
El texto votado en Diputados deberá ser debatido nuevamente por el Senado debido a las modificaciones incorporadas en la cámara bajaEn tanto, la iniciativa fue rechazada 123 diputados de un conglomerado abanico de partidos opositores formado por el radicalismo, el PRO, Coalición Cívica, cuatro del Frente para la Victoria, el Frente Amplio Progresista, el Peronismo Federal, y un grupo de diputados que tienen monobloques, entre los que se encuentran la ex ministra de la Alianza Patricia Bullrich.
La sesión especial comenzó ayer al mediodía con contrapuntos entre la diputada kirchnerista Diana Conti y de la Coalición Cívica Elisa Carrió, y en un contexto de fuerte puja política por la marcha convocada desde la oposición, el paro de judiciales, y la campaña de ONGs, dos de ellas vinculadas al PRO, para que una docena de diputados voten contra el kirchnerismo.
El debate entre el oficialismo y un conglomerado heterogéneo de bancadas opositoras tuvo como eje central si era constitucional la elección directa de los seis académicos, tres abogados y tres jueces, si con esta decisión se politizaba la justicia, y por la reformulación de las mayorías para suspender o designar un magistrado.
La bancada kirchnerista planteó que la Constitución Nacional no impide la elección directa de los miembros del Consejo de la Magistratura, cuya integración se ampliará de 13 a 19 miembros, aseguró que los consejeros de hecho ya tienen identificación política, y que la mayoría agravada de dos tercios se mantiene para remover a un magistrado.
El diputado Carlos “Cuto” Moreno, un dirigente de bajo perfil y especialista en temas judiciales, señaló que tres integrantes de ese cuerpo tienen militancia en el radicalismo y en el PRO y mencionó en ese sentido a Alejandro Fargosi, un dirigente cercano a Mauricio Macri, a Daniel Ostropolski, un reconocido militante radical de Mendoza y a Ricardo Recondo, ex funcionario del gobierno de Alfonsín.
De todos modos, la argumentación oficialista estuvo centrada en la defensa del corazón del proyecto, que es la votación directa de jueces, académicos, y abogados, la designación de jueces subrogantes, y la reformulación de mayorías para designar magistrados y aplicar suspensiones, ya que para la remoción se mantiene la obligación de contar con los dos tercios.
Desde la oposición replicaron esta posición y reafirmaron su convicción de que es “anticonstitucional” porque no se puede hacer elección por medio de la ciudadanía de los miembros del consejo ya que “partidiza la justicia” y que el cambio de mayorías favorecerán a los gobiernos de turno.
Esta posición fue expresada por el ex camarista y presidente del bloque radical Ricardo Gil Lavedra, la líder de la Coalición Elisa Carrio, el jefe de la bancada del PRO, Federico Pinedo, el peronista federal Eduardo Amadeo, el socialista Juan Carlos Zabalza, y Jorge Yoma, quien preside la comisión de Justicia pero está alejado del oficialismo.
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En el último tramo de la deliberación del pleno legislativo hubo una dura polémica entre el oficialismo y la oposición debido a la propuesta del kirchnerismo de hacer una sola votación en la discusión en particular, lo que fue saldado cuando el titular de la bancada, Agustín Rossi retiró esa moción.
Pero al votar el artículo dos (composición del Consejo) el tablero no marco los votos de la neuquina Alicia Comelli y el kirchnerista Juan Carlos Forconi, por lo cual el resultado era de 128 diputados, uno menos del requisito constitucional, y eso desató otra controversia pese a que es habitual que el tablero no identifique algunos votos, lo que se soluciona cuando el legislador lo dice a viva voz.
En esa situación los opositores no aceptaron la propuesta del titular del cuerpo Julián Domínguez de volver a repetir la votación, y allí se armó una fuerte discusión en la cual dos diputadas opositoras quisieron apagar el micrófono del titular de la Cámara, lo que generó la reacción del jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi, quien mantenía discusiones a los gritos con los radicales Ulises Forte y Miguel Angel Bazze.
Así, la oposición votó en los dos primeros artículos y luego optó por permanecer cerca de sus bancas o en el salón de Pasos Perdidos, por lo cual la mayoría de los ítems tuvieron 130 votos contra 9, lo suficiente para cumplir con el requisito constitucional que exige 129 votos para la votación de esta ley.
Antes de que el oficialismo accediera a votar artículo por artículo se presentaron una serie de cuestiones de privilegio y cuestionamientos verbales sobre lo que la oposición consideró como una inconstitucionalidad de la ley y sobre un supuesto incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte de Domínguez.
Antes de acceder al pedido de la oposición, Rossi acusó a los opositores de tener actitudes “canallescas” y debió ser contenido por Eduardo “Wado” de Pedro y otros compañeros de bancada cuando se exaltó por los gritos de los radicales Ulises Forte y Miguel Angel Bazze, que acusaban al oficialismo de “fraude”.
Rossi ya había expresado su malestar con los diputados opositores durante su discurso de cierre cuando los calificó de “profetas del odio, del desánimo y correos de las malas noticias”.
“Dedíquense a construir una propuesta en base al respeto, a la paz, al amor y dejen de agredir, de insultar, de descalificar. Porque se pasan la vida hablado de la República y cuando no les conviene se sacan la bandera, la estrujan, y la pisotean: respeten la Patria, el Congreso, las instituciones”, enfatizó, al concluir su discurso.
Fuente Telam